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Sakkarah

MI NUEVO BLOG

MI NUEVO BLOG

Como funciona bastante mal, y la mayoría de las veces me paso horas para responder, he cambiado a Blogger. Me da pena, pero no me queda otro remedio.

Espero que sigais estando conmigo en esta dirección que dejo a continuación, o pinchando aquí.

http://sakkarah-1.blogspot.com/

Horchata (Gracias, Cris)

Horchata (Gracias, Cris)

Cuenta la leyenda que en cierta ocasión, una joven aldeana le dio a probar una bebida blanquecina al Rey de Cataluña y Aragón. Complacido por su sabor, preguntó: “¿Que es aixo?” (¿qué es esto?) Y la joven respondió: “Es leche de chufa” (nombre original), a lo que el Rey rectificó diciendo, “Aixo no es llet, aixo es OR, XATA” ( dicho en valenciano, esto no es leche, esto es oro, guapa!).
Esta bebida que tanto había complacido al rey se hizo famosa por todo el país, traducido al castellano como Horchata de Chufa.

Desconocido

Horchata

Voy liberando...

Voy liberando...

Voy liberando la mente de actos enquistados, en los últimos estertores de la palabra triste. No quiero que lo real ocupe la fantasía apropiándose de la imaginación. Necesito aire limpio en las ideas.   

 

El viento trae versos arcanos cuando levemente roza mi oído, y el alma se entretiene intentando descodificar aquello que no entiende.    

 

Se hace incómodo ver la realidad que hiere aun pasando el tiempo, y cuesta mucho alejarse de los lugares aprendidos. No quiero tropezar más en la mágica alfombra que no lleva a ninguna parte. No quiero atravesar los cielos de luz para adentrarme en la noche tenebrosa. Pido un sitio a la tierra donde apoyar con fuerza mis pies, y un hueco en mi mente al que gobierne la paz.     

 

Sakkarah                                                                

Olvido Mente Ideas

Pendía...

Pendía...

Autor de imagen: Luminatii

Pendía del cielo siempre un hilo negro que la precedía. Era la venganza que nunca acababa de perpetrarse, y viajaba delante en un amago continuo. Atrás una sombra alargada que se prolongaba hasta traspasarla.

 

La desesperación la había embotado hasta perder el sentido de las cosas. Avanzaba entre la nube gris como una autómata sin conciencia. Todo lo ocupaba el silencio, y en el todo se ponía al acecho, como si las falta de sonido organizara la desgracia.

 

Sus pasos llevaban el compás de la desesperanza. Por sus largos cabellos se resbalaba el recuerdo. El pasado soltaba chispas al caer contra el asfalto.

 

Nadie la echó en falta cuando se perdió al atravesar el umbral que llevaba a la perdición.

 

Sakkarah

El origen de algunas palabras.

El origen de algunas palabras.

ALARMA
Se dice que en tiempos de la presencia musulmana en España, los íberos permanecían dentro de recintos amurallados, dedicados a sus labores, pero con las armas apiladas al centro del fuerte. Cuando el vigía avistaba musulmanes gritaba ¡Al arma! (corran a tomar sus armas para defendernos).

FARO
Por la isla de Pharos en la desembocadura del Nilo, cerca de Alejandría donde se construyó en el año 280 AC una gran torre de mármol como guía para los barcos. El Faro de Alejandría fue considerado una de las 7 maravillas de la antigüedad.

GRIFO
Por el animal mitológico del mismo nombre, utilizado comúnmente para adornar las bocas de salida del agua de las fuentes.

YANQUI
Hay muchas versiones. Según una de ellas, proviene del holandés "Janke" (Juanito), forma diminutiva de "Jan" (Juan), nombre que colonizadores oriundos de los Países Bajos (establecidos en Manhattan) impusieron a los colonos ingleses de los estados de Nueva Inglaterra, por el hecho de que el nombre Jhon era habitual entre ellos. La palabra "yanqui", (en inglés yankee), se aplicó primero a los colonos de Nueva Inglaterra, luego a los norteños en general y, finalmente, a todos los estadounidenses.

GRINGO
Para variar, hay varias versiones. Una de ellas dice que en la guerra entre México y Estados Unidos en 1847, los norteamericanos vestían uniforme verde y los mexicanos les gritaban "green go home".

MUSEO
Universidad creada por Tolomeo en Alejandría, a la que se llamó así por estar dedicada a las Musas, diosas griegas del saber.

Cogido de: http://www.aulahispanica.com/

palabras

Los pétalos...

Los pétalos...

Los pétalos de aquella flor que deshoje, hoy flotan en el agua. En la quietud miro correr el río, y ni un solo músculo de mi ser se mueve. Hago la despedida con la mirada. Todo se detiene, menos el agua.

 

No hay posibilidad de recomponer la flor, y sólo me queda dejarla escapar. El aire protesta y se detiene, y yo despacio soplo ayudando a la corriente.

 

Sakkarah

Pétalos Flor

Ventanas

Ventanas

En esas habitaciones oscuras donde vivo
pesados días, con qué anhelo contemplo a veces
las ventanas. -Cuándo se abrirá
una de ellas y qué han de traerme-.
Pero esa ventana no se encuentra, o yo no sé
hallarla. Y quizás mejor sea así.
Quizá esa luz fuese para mí otra tortura.
Quién sabe cuántas cosas nuevas mostraría.

Constantino Kavafis

Ventanas Kavafis

Gasto palabras.

Gasto palabras.

Gasto palabras, algún día acabaré con todas, lo prefiero. No quisiera que terminaran muertas, secas, y apiladas en rimeros como basura, al igual que las hojas de otoño. Pero no siempre pueden decirlo todo, muchas veces tengo que dejar cerradas a unas cuantas. Esas, protestan por no poder ver la luz, ni sentir la textura de un papel. Ellas se arrinconan en un pequeño hueco, pero hacen arder mi corazón, le prenden fuego hasta hacer que yo me consuma.

Tengo la esperanza que se quemen en el mismo fuego que ellas encendieron, que se queden convertidas en ceniza, para que el recuerdo se fugue al no tener salida a la luz. En otras ocasiones quisiera que salieran al igual que las otras, para no guardarme nada, para terminar de sentir de una vez; pero si cabe la posibilidad de dañar con ellas, prefiero liarlas con la cinta del respeto, y que se amotinen en su rincón, intentando dejarme sin entrañas.

Sakkarah

Palabras recuerdos

Lehar - La viuda alegre

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Nos dejamos...

Nos dejamos...

Nos dejamos vencer por el crepúsculo, y eso hace que arrastremos la vida. Nuestro guardián toma protecciones, nos hace asentar de tal forma que no arriesgamos mucho.

 

Ahorramos energía como si ella nos fuera a desgastar el tiempo. Paradójicamente vivimos en una lentitud acelerada, lo que aparenta lento pasa deprisa. Los cambios nos sorprenden sin vivirlos, sin haberlos palpado con intensidad

 

Sakkarah

Crepúsculo Cambios

Todo...

Todo...

Todo tiene su encanto, hasta el desierto en el que me encuentro, o la inercia que mueve mis pasos. Es como flotar en un mar sereno, con el cuerpo al sol, y los párpados cerrados para recibir los tibios rayos.

 

La ausencia de pasión da una tregua para respirar a gusto, aunque no me gustaría que fuera algo que se hiciera permanente. Me gusta la vida que agita las entrañas, que revoluciona el interior.

 

Sakkarah

Encanto desierto

Gates to Hell

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Musica hecha con los sonidos de windows

Gates-to-Hell música

No sé rogar, amor.

No sé rogar, amor.

Aunque mis manos se agrieten en las sombras
buscando tu imagen que desapareció
de pronto,
aunque mis labios en silencio te nombren.
Yo no sé rogar amor.

Aunque los pájaros le canten cada día
a mi corazón que se siente triste.
aunque los silencios se asemejen a latidos
que se alejan y resuenan allá lejos.
No sé rogar amor.

Mis manos conservan las caricias prometidas.
Y los sueños forjados entre besos
sin embargo mis manos
se abren  y te sueltan liberando los gestos,
como a una paloma.
No sé rogar amor.

Y aunque en mi memoria sigan girando
las ideas dulces,
los proyectos truncos,
la música del alma
que entornó los besos.
Si no llegas, aun esperándote,
dejaré de amarte
y de sentir que eres posible.
Me quedaré dolorida,
pero libre
tratando de levantar mis pasos
de rescatar alientos y
guardar los besos,
de volver a las palabras nuevas,
a los sueños vírgenes
y a los despertares.
Si; no estaré rogando amor
ni mendigando caricias...
Nuevamente iré a los brazos
de quien crea que en mi muelle
hay amarras para sus velas.
No haré penitencias ni moriré de pena,
puedo construir una morada nueva
fuerte e intensa como la nuestra
aunque sepa de su fragilidad
en la tormenta.
No sé rogar amor.

~ Yuri Tabak ~
(Poeta y psicólogo argentino)

Yuri-Tabak poesia

Barba azul.

Barba azul.

Érase una vez un hombre que tenía hermosas casas en la ciudad y en el campo, vajilla de oro y plata, muebles forrados en finísimo brocado y carrozas todas doradas. Pero desgraciadamente, este hombre tenía la barba azul; esto le daba un aspecto tan feo y terrible que todas las mujeres y las jóvenes le arrancaban.

Una vecina suya, dama distinguida, tenía dos hijas hermosísimas. Él le pidió la mano de una de ellas, dejando a su elección cuál querría darle. Ninguna de las dos quería y se lo pasaban una a la otra, pues no podían resignarse a tener un marido con la barba azul. Pero lo que más les disgustaba era que ya se había casado varias veces y nadie sabia qué había pasado con esas mujeres.

Barba Azul, para conocerlas, las llevó con su madre y tres o cuatro de sus mejores amigas, y algunos jóvenes de la comarca, a una de sus casas de campo, donde permanecieron ocho días completos. El tiempo se les iba en paseos, cacerías, pesca, bailes, festines, meriendas y cenas; nadie dormía y se pasaban la noche entre bromas y diversiones. En fin, todo marchó tan bien que la menor de las jóvenes empezó a encontrar que el dueño de casa ya no tenía la barba tan azul y que era un hombre muy correcto.

Tan pronto hubieron llegado a la ciudad, quedó arreglada la boda. Al cabo de un mes, Barba Azul le dijo a su mujer que tenía que viajar a provincia por seis semanas a lo menos debido a un negocio importante; le pidió que se divirtiera en su ausencia, que hiciera venir a sus buenas amigas, que las llevara al campo si lo deseaban, que se diera gusto.

-He aquí, le dijo, las llaves de los dos guardamuebles, éstas son las de la vajilla de oro y plata que no se ocupa todos los días, aquí están las de los estuches donde guardo mis pedrerías, y ésta es la llave maestra de todos los aposentos. En cuanto a esta llavecita, es la del gabinete al fondo de la galería de mi departamento: abrid todo, id a todos lados, pero os prohibo entrar a este pequeño gabinete, y os lo prohibo de tal manera que si llegáis a abrirlo, todo lo podéis esperar de mi cólera.

Ella prometió cumplir exactamente con lo que se le acababa de ordenar; y él, luego de abrazarla, sube a su carruaje y emprende su viaje.

Las vecinas y las buenas amigas no se hicieron de rogar para ir donde la recién casada, tan impacientes estaban por ver todas las riquezas de su casa, no habiéndose atrevido a venir mientras el marido estaba presente a causa de su barba azul que les daba miedo.

De inmediato se ponen a recorrer las habitaciones, los gabinetes, los armarios de trajes, a cual de todos los vestidos más hermosos y más ricos. Subieron en seguida a los guardamuebles, donde no se cansaban de admirar la cantidad y magnificencia de las tapicerías, de las camas, de los sofás, de los bargueños, de los veladores, de las mesas y de los espejos donde uno se miraba de la cabeza a los pies, y cuyos marcos, unos de cristal, los otros de plata o de plata recamada en oro, eran los más hermosos y magníficos que jamas se vieran. No cesaban de alabar y envidiar la felicidad de su amiga quien, sin embargo, no se divertía nada al ver tantas riquezas debido a la impaciencia que sentía por ir a abrir el gabinete del departamento de su marido.

Tan apremiante fue su curiosidad que, sin considerar que dejarlas solas era una falta de cortesía, bajó por una angosta escalera secreta y tan precipitadamente, que estuvo a punto de romperse los huesos dos o tres veces. Al llegar á la puerta del gabinete, se detuvo durante un rato, pensando en la prohibición que le había hecho su marido, y temiendo que esta desobediencia pudiera acarrearle alguna desgracia. Pero la tentación era tan grande que no pudo superarla: tomó, pues, la llavecita y temblando abrió la puerta del gabinete.

Al principio no vio nada porque las ventanas estaban cerradas; al cabo de un momento, empezó a ver que el piso se hallaba todo cubierto de sangre coagulada, y que en esta sangre se reflejaban los cuerpos de varias mujeres muertas y atadas a las murallas (eran todas las mujeres que habían sido las esposas de Barba Azul y que él había degollado una tras otra).

Creyó que se iba a morir de miedo, y la llave del gabinete que había sacado de la cerradura se le cayó de la mano. Después de reponerse un poco, recogió la llave, volvió a salir y cerró la puerta; subió a su habitación para recuperar un poco la calma; pero no lo lograba, tan conmovida estaba.

Habiendo observado que la llave del gabinete estaba manchada de sangre, la limpió dos o tres veces, pero la sangre no se iba; por mucho que la lavara y aún la resfregara con arenilla, la sangre siempre estaba allí, porque la llave era mágica, y no había forma de limpiarla del todo: si se le sacaba la mancha de un lado, aparecía en el otro.

Barba Azul regresó de su viaje esa misma tarde diciendo que en el camino había recibido cartas informándole que el asunto motivo del viaje acababa de finiquitarse a su favor. Su esposa hizo todo lo que pudo para demostrarle que estaba encantada con su pronto regreso.

Al día siguiente, él le pidió que le devolviera las llaves y ella se las dio, pero con una mano tan temblorosa que él adivinó sin esfuerzo todo lo que había pasado.

-¿Y por qué, le dijo, la llave del gabinete no está con las demás?

-Tengo que haberla dejado, contestó ella allá arriba sobre mi mesa.

-No dejéis de dármela muy pronto, dijo Barba Azul.

Después de aplazar la entrega varias veces, no hubo más remedio que traer la llave.

Habiéndola examinado, Barba Azul dijo a su mujer:

-¿Por qué hay sangre en esta llave?

-No lo sé, respondió la pobre mujer, pálida corno una muerta.

-No lo sabéis, repuso Barba Azul, pero yo sé muy bien. ¡Habéis tratado de entrar al gabinete! Pues bien, señora, entraréis y ocuparéis vuestro lugar junto a las damas que allí habéis visto.

Ella se echó a los pies de su marido, llorando y pidiéndole perdón, con todas las demostraciones de un verdadero arrepentimiento por no haber sido obediente. Habría enternecido a una roca, hermosa y afligida como estaba; pero Barba Azul tenía el corazón más duro que una roca.

-Hay que morir, señora, le dijo, y de inmediato.

-Puesto que voy a morir, respondió ella mirándolo con los ojos bañados de lágrimas, dadme un poco de tiempo para rezarle a Dios.

-Os doy medio cuarto de hora, replicó Barba Azul, y ni un momento más.

Cuando estuvo sola llamó a su hermana y le dijo:

-Ana, (pues así se llamaba), hermana mía, te lo ruego, sube a lo alto de la torre, para ver si vienen mis hermanos, prometieron venir hoy a verme, y si los ves, hazles señas para que se den prisa.

La hermana Ana subió a lo alto de la torre, y la pobre afligida le gritaba de tanto en tanto;

-Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?

Y la hermana respondía:

-No veo más que el sol que resplandece y la hierba que reverdece.

Mientras tanto Barba Azul, con un enorme cuchillo en la mano, le gritaba con toda sus fuerzas a su mujer:

-Baja pronto o subiré hasta allá.

-Esperad un momento más, por favor, respondía su mujer; y a continuación exclamaba en voz baja: Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?

Y la hermana Ana respondía:

-No veo más que el sol que resplandece y la hierba que reverdece.

-Baja ya, gritaba Barba Azul, o yo subiré.

-Voy en seguida, le respondía su mujer; y luego suplicaba: Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?

-Veo, respondió la hermana Ana, una gran polvareda que viene de este lado.

-¿Son mis hermanos?

-¡Ay, hermana, no! es un rebaño de ovejas.

-¿No piensas bajar? gritaba Barba Azul.

-En un momento más, respondía su mujer; y en seguida clamaba: Ana, hermana mía, ¿no ves venir a nadie?

Veo, respondió ella, a dos jinetes que vienen hacia acá, pero están muy lejos todavía... ¡Alabado sea Dios! exclamó un instante después, son mis hermanos; les estoy haciendo señas tanto como puedo para que se den prisa.

Barba Azul se puso a gritar tan fuerte que toda la casa temblaba. La pobre mujer bajó y se arrojó a sus pies, deshecha en lágrimas y enloquecida.

-Es inútil, dijo Barba Azul, hay que morir.

Luego, agarrándola del pelo con una mano, y levantando la otra con el cuchillo se dispuso a cortarle la cabeza. La infeliz mujer, volviéndose hacia él y mirándolo con ojos desfallecidos, le rogó que le concediera un momento para recogerse.

-No, no, dijo él, encomiéndate a Dios; y alzando su brazo...

En ese mismo instante golpearon tan fuerte a la puerta que Barba Azul se detuvo bruscamente; al abrirse la puerta entraron dos jinetes que, espada en mano, corrieron derecho hacia Barba Azul.

Este reconoció a los hermanos de su mujer, uno dragón y el otro mosquetero, de modo que huyó para guarecerse; pero los dos hermanos lo persiguieron tan de cerca, que lo atraparon antes que pudiera alcanzar a salir. Le atravesaron el cuerpo con sus espadas y lo dejaron muerto. La pobre mujer estaba casi tan muerta como su marido, y no tenía fuerzas para levantarse y abrazar a sus hermanos.

Ocurrió que Barba Azul no tenía herederos, de modo que su esposa pasó a ser dueña de todos sus bienes. Empleó una parte en casar a su hermana Ana con un joven gentilhombre que la amaba desde hacía mucho tiempo; otra parte en comprar cargos de Capitán a sus dos hermanos; y el resto a casarse ella misma con un hombre muy correcto que la hizo olvidar los malos ratos pasados con Barba Azul.

 

MORALEJA

La curiosidad, teniendo sus encantos,
a menudo se paga con penas y con llantos;
a diario mil ejemplos se ven aparecer.
Es, con perdón del sexo, placer harto menguado;
no bien se experimenta cuando deja de ser;
y el precio que se paga es siempre exagerado.

OTRA MORALEJA

Por poco que tengamos buen sentido
y del mundo conozcamos el tinglado,
a las claras habremos advertido
que esta historia es de un tiempo muy pasado;
ya no existe un esposo tan terrible,
ni capaz de pedir un imposible,
aunque sea celoso, antojadizo.
Junto a su esposa se le ve sumiso
y cualquiera que sea de su barba el color,
cuesta saber, de entre ambos, cuál es amo y señor.

Charles Perrault

Perrault Barba-azul Cuento

Tomar decisiones...

Tomar decisiones...

Tomar decisiones es difícil, por eso muchas personas se dejan arrastrar dejando que otros decidan por ellos. Tener alguien que de alguna manera guíe tu vida, es cómodo.

 

No me gusta pertenecer a grupos dirigidos. Es preferible tener más dudas, más cosas no resueltas, a que te solucionen un porcentaje alto de tu pensamiento.

 

Cuando te dan unas normas, y las debes seguir, queda uno más descansado con lo que cree su labor cumplida. A mí, la única norma que me gusta es el respeto al otro; pero mi vida me agrada que sea lo que yo realmente deseo. Esto no siempre puede ser así, porque te atan los lazos afectivos; pero estos son los que yo tengo de manera consciente.

 

Sakkarah

Decision sectas normas

Citas

Citas

Calumniad con audacia; siempre quedará algo.

 

Pide prudente consejo a los dos tiempos: al antiguo, sobre lo que es mejor; al moderno, sobre lo que es más oportuno.

 

Francis Bacon

 

 

El amor o el odio hacen que el juez no conozca la verdad.

 

El avaro es el que no gasta en lo que debe, ni lo que debe, ni cuando debe.

 

El hombre tiene mil planes para sí mismo. El azar, sólo uno para cada uno.

 

La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión.

 

Aristóteles

Citas

Los consejos.

Los consejos.

Los consejos no siempre son necesarios.

 

Dar consejo al que no lo pide, es igual que meterse a arreglar la vida ajena. En estos casos nos pueden decir que por qué no arreglamos lo nuestro. Es buena la máxima de: Vive y deja vivir.

 

Cuando te piden consejo, se dan, aunque de nada sirve, porque lo normal es que no se haga caso a ellos. Se escucha, pero después uno hace lo que le sale de dentro. Esto me parece perfecto, porque hay que aprender con la experiencia, y además lo que le viene bien a uno, no tiene por qué venirle bien a otro. Cada persona es un mundo.

 

Lo que sí puede hacer el consejo, es ayudar a levantar el ánimo del otro, dar fuerzas en un momento determinado.

 

Sakkarah

Consejos

La vida es lucha.

La vida es lucha.

La vida es lucha. No se puede ignorar su parte desgarradora, es la que más sale a la yema de los dedos, aunque tiene instantes que ni la imaginación hubiera alcanzado a hacerlos suyos.

La queja se dispara como desahogo, porque uno sabe que nadie puede echarnos una mano en la dificultad que entraña estar vivo. Pero esta misma dificultad es el acicate que nos impulsa siempre a allanar caminos.

La noche nos da cuerda para el recuerdo del día, y pasamos a ver todos los errores cometidos. La mayoría de las veces no hay marcha atrás, pero todo es aprovechable, todo nos hará sacar una enseñanza, aunque puede que pronto se haga presa del olvido.

Nuestra mente creó el tiempo para medir los espacios, y este se ha apoderado de nosotros. Ha crecido como un monstruo gigante que nunca da marcha atrás, y que nos señala siempre el fin.

Todos somos seres singulares de pasos inciertos. Se cruzan nuestros caminos, y hacen que tomemos posición. Un veces entregados, otras indiferentes al resto.

Somos misterio dentro del misterio.

Sakkarah

Vida

En tus ojos.

En tus ojos.

Autor imagen: Olbinski

En tus ojos

un vehículo que conduce a un infierno apasionado.

Allí las fuentes y los sembrados donde calmar hambre y sed.

Donde la piel te hace un surco horadado por el tiempo,

yo deposito mis labios para curar el pasado.

 

Sakkarah

amor

Time is running out. (Gracias, Belén y Pedro)

Time is running out. (Gracias, Belén y Pedro)

Letra de la música de fondo:

 

Creo que me estoy ahogando,

asfixiando.

Quiero romper el hechizo

que tú has creado.

 

Tú eres algo hermoso

una contradicción.

Quiero jugar el juego,

quiero la fricción.

 

Tú vas a ser

mi muerte.

Si, tú vas a ser

mi muerte.

 

Enterrarlo.

No te voy a permitir enterrarlo.

No te voy a permitir asfixiarlo.

No te voy a permitir asesinarlo.

 

Nuestro tiempo se está agotando

y nuestro tiempo se esta agotando.

No puedes empujarlo bajo tierra.

No podemos parar de llamar la atención.

 

Quiero libertad

pero estoy limitado.

Traté de dejarte,

pero soy un adicto.

 

Ahora que sabes que estoy atrapado,

sentido de euforia,

tú nunca soñaras con romper esta fijación.

Tú vas a exprimir la vida fuera de mí.

 

Enterrarlo.

No te voy a permitir enterrarlo.

No te voy a permitir asfixiarlo.

No te voy a permitir asesinarlo.

 

Nuestro tiempo se está agotando

y nuestro tiempo se esta agotando.

No puedes empujarlo bajo tierra.

No podemos parar de llamar la atención.

 

Tú vas a absorber la vida fuera de mí

 

Enterrarlo.

No te voy a permitir enterrarlo.

No te voy a permitir asfixiarlo.

No te voy a permitir asesinarlo.

 

Nuestro tiempo se está agotando

y nuestro tiempo se esta agotando.

No puedes empujarlo bajo tierra.

No podemos parar de llamar la atención.

 

Cómo llegamos a esto?

 

Canción