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Sakkarah

Mi pensamiento

Voy liberando...

Voy liberando...

Voy liberando la mente de actos enquistados, en los últimos estertores de la palabra triste. No quiero que lo real ocupe la fantasía apropiándose de la imaginación. Necesito aire limpio en las ideas.   

 

El viento trae versos arcanos cuando levemente roza mi oído, y el alma se entretiene intentando descodificar aquello que no entiende.    

 

Se hace incómodo ver la realidad que hiere aun pasando el tiempo, y cuesta mucho alejarse de los lugares aprendidos. No quiero tropezar más en la mágica alfombra que no lleva a ninguna parte. No quiero atravesar los cielos de luz para adentrarme en la noche tenebrosa. Pido un sitio a la tierra donde apoyar con fuerza mis pies, y un hueco en mi mente al que gobierne la paz.     

 

Sakkarah                                                                

Olvido Mente Ideas

Gasto palabras.

Gasto palabras.

Gasto palabras, algún día acabaré con todas, lo prefiero. No quisiera que terminaran muertas, secas, y apiladas en rimeros como basura, al igual que las hojas de otoño. Pero no siempre pueden decirlo todo, muchas veces tengo que dejar cerradas a unas cuantas. Esas, protestan por no poder ver la luz, ni sentir la textura de un papel. Ellas se arrinconan en un pequeño hueco, pero hacen arder mi corazón, le prenden fuego hasta hacer que yo me consuma.

Tengo la esperanza que se quemen en el mismo fuego que ellas encendieron, que se queden convertidas en ceniza, para que el recuerdo se fugue al no tener salida a la luz. En otras ocasiones quisiera que salieran al igual que las otras, para no guardarme nada, para terminar de sentir de una vez; pero si cabe la posibilidad de dañar con ellas, prefiero liarlas con la cinta del respeto, y que se amotinen en su rincón, intentando dejarme sin entrañas.

Sakkarah

Palabras recuerdos

Todo...

Todo...

Todo tiene su encanto, hasta el desierto en el que me encuentro, o la inercia que mueve mis pasos. Es como flotar en un mar sereno, con el cuerpo al sol, y los párpados cerrados para recibir los tibios rayos.

 

La ausencia de pasión da una tregua para respirar a gusto, aunque no me gustaría que fuera algo que se hiciera permanente. Me gusta la vida que agita las entrañas, que revoluciona el interior.

 

Sakkarah

Encanto desierto

En mi despertar...

En mi despertar...

En mi despertar no hay miedos, sólo una voluntad de enfrentar lo desconocido. El sabor de la vida me gusta, aunque la mayoría de las veces es agridulce. Quizá sea mi necesidad de sentir intensamente, pues es lo que me hace pensar que existo.

 

Tengo un castillo de sueños entre los dedos, y voy moldeándolo, sin que aún haya tomado una forma definida que me complazca. Todo es no tangible, pero palpo las noches, los amaneceres, el algodón de los cielos, las partículas galácticas. Todo lo alcanza mi mano imaginaria, y disfruto de su tacto misterioso.

 

Hay una realidad que, como agua, alcanza mis pies, los moja, y me hace sentir su alcance que va anegando mi todo hasta latir dentro, con fuerza. Una armoniosa realidad me rodea, me circunda, y me enlaza a la vida; pero esta mente frágil corre siempre tras lo desconocido, vuela como un ojo entre el misterio.

 

Sakkarah

Respirar es fácil.

Respirar es fácil.

Autor imagen: vmark

Respirar es fácil, no tanto vivir. Se necesita fuerza y voluntad.

 

No se atiende a los consejos porque uno necesita aprender de la experiencia; pero sí es cierto que, a veces, atenderlos, nos ahorraría muchos sinsabores. Nunca hay que esperar a que las pérdidas sean tan cuantiosas, que el amor propio quede dañado.

 

Soy muy quejica, y entiendo que el tiempo que paso en quejarme, es tiempo perdido, pues nadie me hará caso. Al que nunca se queja, si un día lo hace, seguro que tendrá ayuda. Lo que sucede, es que a mí, mis propias quejas, me hacen compañía.

 

Hay personas que tienen el ideal puesto en algo tan perfecto, que les resulta difícil quererse; y nadie te va a querer más de lo que te quieras tu mismo.

 

Sakkarah

Ser...

Ser...

Ser un número más, un objeto más, es triste. Distinguirse por el mal que infligimos es fácil, pero que nos distingan por ser nosotros mismos es más gratificante.

 

Seguir las propias directrices, no quiere decir que todo nos saldrá bien, pero sí que seremos poseedores de una extraña felicidad.

 

Sakkarah

Hay que tener...

Hay que tener...

Hay que tener cierta puntualidad para llegar a las cosas, y no sé si es que pasan rápidas ante mi vista, o que yo llevo los pasos cansados; pero lo cierto es que siempre llego tarde.

 

Mis sueños se reflejan en el espejo, es la forma que me queda de vivirlos.

 

La vida para mí ha sido una clase de física que nunca alcancé a comprender. Lo escuchaba todo como un gran relato, mientras iba contando los días para encontrarme con el amor.

 

No puedo hacer preguntas, sabiendo que las respuestas no las sabré codificar en mi mente.

 

El amor es la basa que sujeta la columna de los fuertes para tocar las estrellas. Yo no supe trepar, y quedé sentada en ella, sin que nadie alumbrara esta oscuridad.

 

Sakkarah

 

 


El espectro...

El espectro...

El espectro del tiempo se cierne sobre nosotros, y apaga nuestro cielo cubriéndolo de sombras. Silenciosos pasan los días, de puntillas, para despertarnos ancianos.

 

Una sensación de comezón en el estómago, nos habla de la incertidumbre en la vida, del no saber, de lo desconocido; también de nuestros anhelos, que a veces caducan sin realizarse, o adquieren vida de más colorido que lo soñado.

 

La emergencia no enciende sus luces en nuestra mente, y lentos nos apresuramos al abismo. Somos prisioneros de nuestras acciones, del impulso de nuestros ciegos y empecinados, corazones. Verdugos somos de nuestros compañeros, acaparadores de sus instantes en duda. Monstruos del poder, guías del absurdo. Vampiros de sentimiento, ávidos de lágrimas y risas ajenas.

 

Encaminados a un fin sin respuesta, con un billete que nos fue regalado, nos sabemos diferentes, y no atinamos en aceptar la diversidad igualitaria. Se agigantan unos escalones en nuestra mente, y queremos espaldas para apoyar nuestros pies. Nos salen palabras que suspiran libertad, pero van impregnadas del monstruo de la codicia.

 

Aun así, la luz resplandece en cada amanecer.

 

Sakkarah

A veces...

A veces...

A veces pienso en mis problemas, en las cosas que me preocupan, en las nimiedades de las que estoy pendiente; y si hecho una mirada al cielo nocturno pierden toda su importancia, y me veo pequeña, excesivamente pequeña como para querer que se repare en mí. Sin embargo, a pesar de ello, siento que las estrellas tienen mil ojos, y que todos ellos están fijos en mi persona.

 

El sol, con su luz, encubre una parte de la inmensidad del universo; pero sabe ocultarse para dar tiempo a que lo admiremos. De igual manera sabe realzar el resto durante el día.

 

Me pregunto que cómo puede ser que haya tanta maldad, tanto odio, tanto egoísmo, en donde habita tanta belleza. Como somos capaces de ser un borrón dentro del más maravilloso de los cuadros.

 

Sakkarah

He jugado...

He jugado...

He jugado mucho en la vida, siempre me gustó el juego.

 

Tuve la suerte de tener infancia, porque hay personas a las que la necesidad les negó ser niños.

 

Mis hijos me tuvieron de compañera de juegos, pero llevo un tiempo que no juego, y eso no es bueno.

 

Quizá los suplo por esa nueva distracción de juntar letras, y soplar sobre ellas por si llegan a alguna parte.

Sakkarah

Debería...

Debería...

Debería empezar el día con un propósito en mente. Empezar sin ningún deseo en especial, es un poco apático.

 

Si me pongo a pensar, habría mil cosas que poder desear para mí; pero como ya estoy convencida de que esas cosas nunca las conseguiré, debería crearme nuevos anhelos.

 

Yo ahora deseo para otros, antes también lo hacía, pero los compartía con mis pasiones. Ahora pienso que otras personas lo necesitarán más; o por cariño hacia ellas les deseo lo mejor.

 

Como no me queda más remedio que buscar un propósito para afanarme por algo, he decidido que será el de ser fuerte y voluntariosa. Hoy no cederé en nada que me haga perder el amor que me debo a mí misma. Hoy sabré guardar mi lugar, el que ocupo, y me corresponde como persona.

Sakkarah

Se extinguió...

Se extinguió...

Se extinguió la melodía, pero un silencio apacible todo lo ocupa. Encerrado el pensamiento, pasea por las estancias de su ya casi desvencijada casa. Quizá el recogimiento le ayude a no volver a visitar los caminos tortuosos. No puede seguir el rápido vuelo de las águilas, y es mejor que mire el prado, donde se suelen aposentar aves inquietas y delicadas.

 

Corre el irreparable tiempo que ya es pasado. Inquieto y ágil me ofrece un presente para el que necesito premura, pues muy pronto querrá ser futuro en mis sueños.

 

Voy aprendiendo del texto de la dicha, y doy pasos inseguros, que poco a poco me van llenando de alegría.

 

Vivo.

Sakkarah

Vida

Vida

Tú que no me pierdes de vista, que de reojo escrutas mis actos, y en ocasiones me miras con aviesa mirada.

 

Me detengo para que pases de largo, y poder seguir tus pasos, quiero apoderarme de tu esencia, hacerme el ama de tu secreto; pero astuta frenas para seguirme siempre a la zaga.

 

Enfocas tus encantos para mi recreo en la noche,  la púrpura del cielo pierde mi pensamiento, y en lóbregas ramas queda prendida el alma. En vano vuelo en el día para encontrarme, y el aire envuelve los miedos a los que tu acecho me aboca.

 

Como llama viva enciendes mi espalda, y ciega camino en la oscuridad que me da tu sombra.

Sakkarah