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Sakkarah

Mis sentimientos

Merodeo

Merodeo

Autor imagen: Jasinski

Merodeo cerca del sol, y extraño los anchos campos de castilla. No es una jungla donde hoy quisiera adentrarme, sino pasear por el páramo con el calor pegado a mi piel. Sin rumbo, pero con la sonrisa del que sabe que una ilusión me saldrá al camino.

Y llegará la noche, y un suspiro bajo las estrellas marcará el latido feliz. Me llenaré de luz, me arroparé de luna antes de que me alcance el sueño.

En mi espalda la hierva, en mi pecho tu sombra. El silencio de un beso, en el estallido interno, y bajo los párpados un anhelo.

Oigo croar las ranas en un charco, estoy viva. He despertado de esa sordera extraña que produce la tristeza, y el delirio pisa fuerte en su camino por mis venas.

Sakkarah

Sentada...

Sentada...

Sentada en la butaca, la pantalla me va trayendo imágenes que no me representan. No puedo adentrarme en ellas y me muevo incómoda. Miro hacia los lados donde se refleja la amistad, la compañía; pero guardo silencio. Gusto de las cosas sin fin y me digo a mi misma que estas serán finitas, porque nadie sabe.

Y mi pensamiento me pierde, como siempre, difuminándolo todo, llego a ti. A tus idas y venidas, a todas mis acogidas con amor. Con este amor que puede con todos los obstáculos, que no se agota en la espera. Amo con tan pocos detalles...Un amor en toda su crudeza, sin revestimientos.

Mientras amo se reparten tronos, liderazgos o insultos en un mundo encogido por el odio o el resentimiento; pero el camino es más amplio, me gusta flotar en la única libertad que me concierne, la de mi pensamiento, la de mi sentimiento. Ni una sola palabra rozará este mundo tan mío, que me pertenece.

Una nueva razón para centrarme en ti, para evadirme de todo: mis primeros planes. No quiero vivir con la mente en el futuro, pero tengo una pequeña meta para hilar en el presente. Voy a acariciar al hado para que me sea favorable, para que seamos capaces de llegar a esa cueva donde me espera un sueño.

La gente se levanta, no me adentré en la película, pero me quedan tantas cosas por vivir...

Sakkarah

Capturada

Capturada

Capturada en un sueño, he recorrido billones de pasillos transparentes sin encontrar la salida. Sé que estoy a punto de alcanzarla, y aún miro atrás. Le veo empecinado en su quimera, lo que vuelve a empujarme en caminar hacia el fin.

Nadie me devolverá la caricia perdida, ni la palabra soñada. Aquellas que estaban sepultadas mucho antes de nacer. Mi tiempo se hizo amor, sólo fue eso. Se me hizo imposible dejar un poema en un beso muerto.

Si la verdad vence siempre, me tenderá su mano sin haber encontrado yo aún la puerta, y pegaré la vuelta para seguir anocheciendo cada día en sus ojos; para ir perdiéndome en su sueño, mientras mis dedos mueren enredándose en su pelo.

Sakkarah

Si la distancia..

Si la distancia..

Si la distancia se mide por océanos, la nuestra no existe; sin embargo, ese mar que no vio en su arena nuestras pisadas juntas, nos separa. Nos separan todos los momentos no vividos.

Los días se siguen sucediendo con un ritmo melancólico. Derramas tus caricias en tu sueño, y haces vacío en el mío permitiendo que el eco de tu palabra se apodere de mi alma.

Líquidas se hacen tus palabras a mis ojos, resbalando por las paredes del olvido que se sigue haciendo invisible a mi búsqueda.

En tus apariciones, la cúpula del cielo viene a mis manos, y sujeto el universo con mis dedos. Los latidos en mi pulso se vuelven estrellas; pero tú llevas la lona que todo lo cubre cuando te alejas.

Sakkarah

Bajo la hierba.

Bajo la hierba.

Bajo la hierba yacen los secretos, en perpetuo silencio permanecen, despertando en las pisadas. La canción de la hierba, imperceptible para el viajero veloz, se desvive en el oído del que reposa, del que piensa y ama.

Los grillos intentan acallar el clamor de la hierba ante la señal de vida, ante el paso; y sólo la luna lo calma con su mirada penetrante de plata. Las piedras de esa ermita abandonada viven. Su corazón se agrieta con la sinfonía perpetua de la naturaleza, y allí, en su imaginario pecho, late la memoria.

Caminante, detente, calma tu amargura y vive respirando. Aquí corre el aire, y la luz no es violada por las sombras.

Sakkarah

Ando ensimismada.

Ando ensimismada.

Ando ensimismada, y no me fijé en el cielo, ni en el frío. Me puedo olvidar de todo. La belleza y la tristeza se unen, como si fueran inseparables. No termina de reinar ninguna en mi vida.

Sé que pronto va a llegar el día que acuda ilusionada a algún lugar, pero no me preparo, no quiero volar como antes lo hacía, hasta acabar en todo, o nada. No quiero ser una figurita de porcelana que se rompa con facilidad, prefiero ser piel en otra piel.

El tiempo se ha hecho sabio en mi mente, y me dejaré arrastrar por el. Pasearé como una niña que, de las manos, la llevan en volandas. La izquierda me la da el tiempo, la derecha, la luz. Y así podré elevarme cada vez que ellos decidan tirar de mis brazos.

Me va gustando el camino.

Sakkarah 2-01-2008

Un continente...

Un continente...

Un continente tu piel para mis manos. Infinita la distancia que quiero recorrer con mi caricia. Un eco nos separa, es el abismo implacable que no salvas.

Quiere descansar este corazón agotado, y no le dejan los estertores de su agonía. No le dio tiempo a tomar altura, en su despegue ya se hirieron sus alas de fantasía. Ansia en su querer y no llegar, dolor en la impotencia, temor a la soledad eterna.

Jungla el camino hacia ti, impenetrable selva donde duermen todos mis misterios.

Sakkarah

No dejará...

No dejará...

No dejará la belleza de presentarse a mi vista. Pasará la tristeza, y todo llegará. No se deben retomar las cenizas de un sueño, que sólo tizna la piel.

Iré serenando el pulso hasta tomar el pálpito de las estrellas. Si el árbol se inclina a darme sombra, no necesito el sofoco que produce un corazón ajeno y atado.

No deseo una soledad con fantasmas, de un soplo saldrá por la ventana el desengaño. Sin ser una heroína, mis piernas aún caminan, y la espalda siempre cubre de la burla.

Sakkarah

Antes del tiempo.

Antes del tiempo.

Antes del tiempo te amé. Después, el hombre quiso contar las horas y poner límites a las cosas, pero no se pudo poner límite a mi amor.

Algún día, cuando el hombre decida que llegó la eternidad, tú y yo no nos extrañaremos de estar juntos; porque igual que al sacarnos de la nada, o del todo, nosotros seguimos hechos caricia, así continuaremos la vida en ese beso.

Sakkarah

Eres...

Eres...

Eres una burbuja que apenas se sujeta en mi mano. El mínimo soplo que salga de mis labios te hará suspenderte en el aire, alejarte. Casi no me atrevo ya ni a respirar.

No vayas a posarte en las ciénagas hecho nada, hazte agua en mi piel, resbala en la caricia. Sé viento en cada oquedad, devasta el frío que me cubre, quémame.

Silenciosa estoy, mis labios pertenecen al beso, y sellados esperan. Dormida en el ensueño del príncipe, sé que abrirás mis párpados con tu aliento.

Mientras, una bocanada de ausencia, hace rilar mi alma.

Sakkarah

Está baja...

Está baja...

Está baja la persiana, aunque siempre hay alguna rendija que deja pasar la luz. Las sombras se alargan, pero se terminan no temiendo. Es igual a anestesiarse.

Las sorpresas son las luces de emergencia y, a veces, la ciudad se vuelve un colador de luz cuando llega la noche. Detrás de cada una hay un suceso. Todo retumba en el silencio, al igual que pasos en una calle vacía. Hoy en mi retumban los recuerdos que, acompasados, me mantienen aletargada.

Está su color, plano en mi mente; pero he cogido el frasco de las distracciones para ondularlo, para que otras tonalidades me permitan vivir. Sé que soy invisible a su corazón, solo fui un grupo de muescas en su mirada.Y así, siendo nadie, ahora camino en esta vereda larga que lleva a la nada.

Sakkarah

Te llamo.

Te llamo.

Te llamo en silencio, aunque quizá no puedas oírme, te emplazo a que me regales un pequeño trozo de tu alma. Risa y llanto a tu lado, hacen palpitar las horas, y mis pies de arcilla blanda no dejan huella en tu ánima.

Eterna soy, hecha de una gota de amor desprendida de Dios sabe donde, y un día te encontré. Empecé a verte con mirada de agua, y llevo la ternura contenida en los ojos.

No, no veré la luz, no abriré mis párpados. No dejaré que se escape un río de amor contenido. Mejor dormiré la noche, moriré la vida, sostendré mi pulso.

Sakkarah

El aire nos mueve.

El aire nos mueve.

El aire nos mueve, y nosotros somos hojas arrancadas que en rimeros diferentes moramos, una sola ráfaga me ha llevado a ti. Hoy noto la pisada de una gran bota, pero no me importa, mi pecíolo alado te roza. Permíteme que, tras la lluvia, juntos nos sequemos. Vamos a habitar ese rincón apartado del viento, para que nada nos separe.

Cuando dejo perder mi mirada, somos aves, saltando por el parque, revoloteando a cada movimiento de unos pasos cercanos. Osadas, pudiéndonos librar de las pisadas, pudiéndonos besar en una rama.

Somos árbol, testigo de la vida bajo el sol. Tronco entrelazado, raíz profunda.

Somos sueño en mi mente loca, imaginación perfecta, vuelo escabroso. Te tengo, nadie puede evitarlo

Sakkarah

Sólo el agua.

Sólo el agua.

Sólo el agua libre corre limpiamente. En su cuna, con la caricia del aire, y la mirada del sol. Impregna el silencio de su melodía, y yo, cerca de ella, dejo nadar el pensamiento.

La música de un piano imaginario acompaña el fin de todo. Al levantarme, mi paso será totalmente nuevo, despojado de pesos. Hay mucho terreno para las flores, y no voy a perder la primavera.

Utilizaré el truco del silencio para pasar el tiempo. Todo fluirá tranquilo, sin memoria. La lluvia purificará lo muerto.

Todo quedará en dulce embeleso, y en cada hueco, melodía o silencio.

Sakkarah

Ya no sé.

Ya no sé.

Ya no sé si fue el amor, o la edad, lo que me llevó al olvido de muchas cosas, entre ellas el arte de la seducción. La amnesia se apodera de mi de tal manera, que quien me ame tendrá que hacerlo por mis desencantos.

Me he vuelto tan poco sorpresiva como la rutina, y ahora me llega el recuerdo de cómo el amor me iba empujando de la infancia a la adolescencia. Más adelante la pasión me empujó al vacío.

Hoy nado perdida entre esperanzada y no, negándome a dejar de creer en el idilio.

Sakkarah

Me sumerjo...

Me sumerjo...

Me sumerjo y salgo, tengo miedo a respirar dentro. Allí donde antes me quedaba, entro con prisa. Me disperso al no mirarme en los lagos interiores.

Nada hay a lo que anclarme o atenerme, todo es un roce en mi camino. ¿Por qué pararme yo? Que sea otro viajero el que pierda su tiempo acompañándome.

Soy viento, y así debo sentirme con mi fuerza. Tengo que mover los árboles, soltar las hojas, sentirlas en mi piel.

Manoteando, apartando nubes, haciéndome un espacio hacia el sol.

Sakkarah

Hilos en el aire

Hilos en el aire

Hilos en el aire. Con mis dedos los intento trenzar. Esa brisa que me roza es tu palabra, el aliento que exhalas y que aspiro, lo que anima al latido de mi sangre.

Hiedra en mi piel es tu pensamiento, y por el siempre escalo hacia mi misma, a mi centro. Soplo sobre la ceniza, por si quedó un rescoldo, voy a prender en el este sentimiento, como si fuera un papel, una tea ardiente.

Hoy siento el aleteo de mil jilgueros en el aire, y quiero sujetarme a sus alas como a un sueño. Sé que es el viaje a ninguna parte, pero podré rozar las nubes.

Abajo el sarcófago espera la caída. Retíralo hoy, alarga el tiempo de que mis ojos tomen forma de cielo.

Sakkarah

En la aparente...

En la aparente...

En la aparente quietud se transfiere una apariencia de muerte. Soterrada late una emoción cuyo palpitar va en aumento, acariciando las entretelas, golpeando flojo y lento.

No hay gotas de llanto en el sudor seco, ni en el temor contenido. En la mirada duermen las fuentes con estalactitas. El sueño eterno del agua espera su caricia.

Preparo una fiesta, y en bandejas van pasando tus palabras. Sólo son el aroma de tu voz, Despacio las como, las mastico poco a poco. Nada habrá que me arrebate una sola letra. Iré escrutándolas en la casa de bacterias, allí fermentarán hasta hacerse sentimiento.

Quiero sentir el pulso reventar las paredes.

Sakkarah

Me saturo.

Me saturo.

Me saturo de imposibles, rellenando este corazón hambriento. Me pierdo en los sueños, como las aves en el aire, en busca de alimento.

La fatalidad me guía a senderos rebosantes, que como lava sueltan sentimientos atados. En sus lías me pierdo, desenredándome en la nada.

Mi desesperanza se hace poesía muda, ulular de viento en una noche fría.

Todo lo cubre el desastre futuro, desde donde me miras en mis premoniciones. Instalado en el lado de las desdichas del alma, mi alma, yo apago. Interpongo la tiniebla sin esperarla, y me dirijo al cementerio, ante la fosa vacía. Soy la primera que vela mi amor muerto.

Se acelera el ritmo de la vida, hay que terminar rápido, si mañana se ausenta; si no escuchó mi nudillo ensangrentado llamando a su puerta

Sakkarah 12-11-2007

Es fácil.

Es fácil.

Autor imagen: Ferdinand Hodler

Es fácil saltarse toda ley. Ya dicen que el que hizo la ley hizo la trampa. También debe serlo acudir a la imaginación para no asfixiarse en tanta mentira.

Maravillarse ante lo realmente bello, y no ante los espejismos. Toda rotura se restaura en la calma. Las cosas que hacemos tan difíciles son sencillas, sólo hay que quitarle nudos al corazón retorcido.

Nadie es capaz de arrebatar los sueños y los sueños perdidos se renuevan. En la lluvia, un sueño cada gota; en la brisa plumas blancas en el espacio. Lo vivido nadie nos lo quita, vendrán detrás nuevas o mejores cosas, jamás las mismas. No me hace falta que un trozo de mi vida sea excelso en el otro, tan sólo quiero que sea para mi un íntimo tesoro.

Un cambio para nadie, a nadie hay que demostrarle nada. No hay que ser superior para el otro, pero si gigante para nuestra idea. Al que no ve, no hace falta enseñarle. Arcano interno que sólo puede descubrir el poseedor de la clave, no hace falta más.

El olvido para lo que no mereció la pena, y el peligro para correr tras el. Magia para cambiar los tiempos, estaciones y momentos. Un abrazo para el azar, divertido juego de la vida. Ya no quiero crear ídolos expuestos al latrocinio. Nada que se haya de ir con facilidad deseo.

Un abismo es tan solo un fácil descenso.

Sakkarah