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Sakkarah

Mis sentimientos

Me adelanté.

Me adelanté.

Me adelanté dejándolos atrás. Necesitaba sentir el rumor de las hojas de los pinos, y no podía ser con su parloteo. El secreto de mi felicidad está entre ellos, en la tierra, el aire limpio...Allí soy yo, reinando sobre todo, sin dominarlo, sintiéndome. Sólo los recuerdos felices se mantienen en nebulosa que me rodea. Los malos, no tienen dominio donde la naturaleza les aplasta.

Me dirijo al lago, me gusta reflejarme y perderme en las aguas quietas. De camino, una pareja feliz, se pierde en el amor; yo no miro para no evocar mis encuentros. Aposentada ya en la orilla, busco la chimenea. Cayó, como tantas otras cosas que los hombres dejan al descuido.

Abajo se sienten pasos, carreras. Son los niños que juegan correteando por el pueblo. Entre las algas, sus espíritus juegan en burbujas de agua. El pueblo duerme, con sus risas, y sus llantos, bajo el agua.

Sakkarah

Corta la vida...

Corta la vida...

Corta la vida de una esperanza. Ahora ella pare abortos que nunca verán la luz. Una alegría fingida en cada baile de máscaras. Una vida con el dolor alegre del que nada dice sucederle.

Intuición de sol en noche eterna. Amor de luz en oscuridad obscena. Viento que sacude haciendo tiritar a su paso, despojando quimeras, arrastrando a la tierra.

Una vista al vacío, una ciega mirada que traspasa el fondo opaco, iterativo. Un no saber comprender, ni encontrar la causa; una lanza clavada en la tierra y unos labios que besan la hierba. Manos que se aferran al suelo, y un susurro acabado y quedo del que le abandonaron las fuerzas.

Querer poner fin al principio, y abocarse a una espiral sin fin. Sentir el mareo batido en el cerebro por las vueltas, y acabar, sólo acabar.

Sakkarah 2005

Un frondoso bosque.

Un frondoso bosque.

Un frondoso bosque, selvático. No sé como ir apartando cada obstáculo cuando la naturaleza me lo pone difícil. Siempre se corta la palabra a tiempo para dejarme llena de preguntas que quizá nunca tengan una respuesta.

Pirámide resistente, impenetrable eres. Yo arena que te cubre sin descubrir el secreto. No me atrevo a soñar humo.

El miedo que no tuve se acerca cadencioso, pero no evita este sentido expectante, este deseo que no se atreve a escapar entre barrotes por miedo a herirse.

¡Cuántos velos he puesto a la luna!

Sakkarah

Ya no velo.

Ya no velo.

Ya no velo al amor en la noche. Su ausencia siempre se nota en mis momentos de crisis. Tal parece que el universo se pusiera de acuerdo para apagar todas las estrellas en días como esos. Quizá todo problema haya que purgarlo en soledad.

Viene a mi una mezcla de desasosiego y calma, voy aprendiendo a dominar las penas.

Domino el sueño y me levanto impasible, ya la tristeza ha perdido batalla. Sólo es cuestión de dejarse mecer por la vida. No me paro a escuchar los sonidos de la noche, ni me agita el bullicio de la mañana. La mentira ya no me enciende, y el deseo se terminará apagando. Voy reafirmándome en mi propio ser.

La soledad ha dejado de asustarme, nos estamos haciendo cómplices. Tampoco me siento fría, tan solo indiferente o, mejor dicho, indolente.

Ya no hay esperas en mi agenda.

Sakkarah

Pasarán los años.

Pasarán los años.

Pasarán los años, y aún así, tú nunca entenderás nada, porque los ojos del amor son ciegos, y mi palabra, vana sería para ti.

En tus pérdidas podrías encontrar la luz, pero la venda es tirante. Mi esfuerzo sería inútil.

En la vereda, solitaria ya voy. Supe que siempre debería ir despojada de todo.

Mis palabras eran sinceras, y un huracán de intrigas las alejó. Ya sólo permito que sea el silencio quien me rodee.

Atrás se queda una corona de lágrimas.

Los hilos...

Los hilos...

Los hilos con los que me asegurabas a tus manos, hoy se rompen. Caen débiles los brazos. Sé que la vida tirará de mí, y dócil la sigo.

Las pasiones se durmieron en tu grito, y el alma ya cansada no responde. El aire ya no prende llama, y la mente no se cuelga de los delirios.

Mágicas y escasas fueron aquellas primeras palabras, y hoy las dormiré en la almohada de los silencios.

Sakkarah

Molde mortero.

Molde mortero.

Un molde vacío, y en el fondo unos ojos que no quieren mirar. Al asomarse, se cierran por miedo a llenarse.

¿Qué mar será su contenido? Sereno o bravo, mar misterioso que atemoriza. ¡Tantos ríos plateados van a dar a el! Mejor aire que no pesa, y en una brisa se escapa todo deseo.

Molde seco, quizá sólo mortero. Es igual, es mi deseo.

Sakkarah

Noche

Noche

Sigilosa se va acercando a mi, y en mis ojos pone la neblina del sueño. Como siempre me resisto, pero hoy no puedo acompañarla. Ha pesado la tristeza.

Un foco se ha encendido en mi interior. Alumbra potente dejando pasar la película de la obra interminable. Mi cerebro maquina y labora hasta que mis párpados se niegan a cerrarse.

Las sábanas se pliegan al roce de mi piel hasta llegar a molestarme, y, en un acto olímpico, decido levantarme. El estómago me susurra, de manera tenue, que necesita un trasvase de líquidos. Me convence con promesas de que alcanzaré el sueño.

Mi mirada todo lo abarca, y desespero al pensar que cortas son las horas, que larga es esta obra; pero como siempre la calma llega a mi en la confianza de que mañana será otro día.

No me niegues los sueños para acompañar tu oscuridad, hoy quisiera en ellos sentir, el amor de él.

Sakkarah

Me gusta...

Me gusta...

Me gusta mi nombre cuando lo pronuncian tus labios. El reposo toma mi cuerpo dejando abierta la puerta a tu recuerdo. Furtivamente tomaste mi corazón, rescatándolo de las tinieblas.

Eres como el delicado tejido que uno gusta de acercarse a la cara entornando los ojos, Me elevas al sueño aunque yo me resista. Medito sobre tu misterio, eres como el arcón milenario que se guardó protegiéndolo. Lo abro, y entre sedas me extravío, sin poder llegar al fondo.

En una espiral infinita, me pierdo amándote.

Sakkarah

Esa linterna...

Esa linterna...

Esa linterna me persigue para que no se haga oscuridad en mí. A veces me deslumbra. A la luz quedo, para que en mi se fijen. Diana de todos los dardos.

Rutilando están las estrellas fijas en todos los acontecimientos, guardianas. Mis pisadas se posan sobre el dorado polvo. Huella de elefante para el enemigo es.

Las rejas forjadas por los sentimientos, me oprimen, y me cuesta partir. Peregrina seré sin caminos trazados, huyendo de toda estancia en donde la luz se espese.

Sakkarah

No es absurdo...

No es absurdo...

No es absurdo ni aburrido que el corazón salte, que el alma se estremezca. En tu mundo no puedes sentirme, pero tampoco incluirme entre los seres absurdos sin sentido.

Uno de mi sentidos, tú, el imposible. Agitas mi vida, y me siento viva. No me detengo, voy de paso en esta soledad que me envuelve. Ya no puedo pararme, pero tengo derecho a vagar por el éter donde te contemplo. Sin ti cojeo, sí, y eres una muleta invisible en mí caminar. No te molesto, un día me esconderé en el silencio.

Sakkarah

Si yo tuviera...

Si yo tuviera...

Si tuviera alas volaría hacia la eterna felicidad, sería dueña del amor y en el me posaría a descansar

Sería la sonrisa del mundo, jugaría con las palabras desprendidas de vuestros sentimientos y me convertiría en caricia

Pero soy sólo parte de la fantasía de la vida, un rayo ínfimo de la luz del universo, silencio en los corazones

La falta de alas me sujeta a este suelo de horizontes nebulosos, de pasos lentos....Sólo soy un pensamiento del hálito de vida.

 

 

Sakkarah

Los pensamientos.

Los pensamientos.

Autor de imagen: Sarah Stephan

 

Los pensamientos se presentan incoherentes haciéndome llegar a la soledad. Ahora, escondida en mi caparazón de piedra, quiero ver pasar la vida como algo ajeno en lo que no me implico.

La lluvia será como un velo tupido que cubra mis sentimientos. El inexorable destino me conduce a bandazos donde aun no me encuentro. Mi verdad sale de manera estrepitosa en todas las direcciones. Quiero que quede el alma limpia, sin nubes que oculten lo que soy, lo que tengo.

No dejo que el calor del fuego se extienda. Ahora quiero cauterizar las heridas con el hielo.

Sakkarah

Látigo

Látigo

Látigo que en su deseo de caricia abre la herida. Mutilación de la ilusión hasta dejarla en Venus lacia; pero la flor de la esperanza crece libre, arropada por momentos únicos.

Violenta sacudida interior que no logra mover estos cimientos. La fuerza en cepillada melena de paciencia atrae siempre del exilio. Podando corolas multicolores nunca acaba con el pistilo.

Brota la enredadera en el alma apoderándose de la entraña, y sus hojas cubren como tatuaje perenne defendiendo este amor.

Sakkarah

Camino...

Camino...

Camino en una recta haciendo malabarismos para no salir. En la cuneta quedó guardado el amor, intangible. Le puse una buena lona para que quede intacto, y seguí este sendero en línea, sin puntos donde asirme.

No sé si pasado el tiempo, acuda al pie de la lona a hacerle el velatorio antes del fin. Dependerá si en esta recta escabrosa, de la que no puedo salir, encuentre un apeadero. Unos árboles que den sombra al alma cansada, y una cascada de agua que recorra mi piel. Un asiento de hierba donde depositar el corazón muerto.

Sigo el recorrido de mi abstracta vida, doy pasos.

Sakkarah

Soy un sueño...

Soy un sueño...

Soy un sueño nacido sin orden ni concierto, fantasma que vaga buscando la mente que lo creó.

 

Me voy posando en manos que no cierran, o en las pestañas de ojos que no parpadean. Transito por corazones ciegos. En marañas vacías me debato sin encontrar mi principio.

 

Soy la conclusión de una pieza en la nada, la muerte de una idea despistada.

Sakkarah

El cielo...

El cielo...

El cielo desdibujado, su color se difumina, Ya no quiero mirar, me miro a mí misma, pero ya no me encuentro. Si no encuentro el por qué de las cosas sólo hallaré tristeza.

En su palabra no me encuentro, intento mirarme y no soy yo. Y la pregunta nace en mi, y en mi muere, como siempre.

No fui nada, no soy. La poesía en mi se rompe. No supe, no sé, y lo peor de todo es que jamás aprenderé. Ni tan siquiera el canto de un ave en su oído, o una brisa que acaricia. Soy espacio vacío, callejón de paso. Fui silencio sin poema, soy silencio sin respuesta, sin recuerdo, sin un mísero pensamiento.

Sólo tierra seca, resquebrajado desierto.

Sakkarah

Por los tejados...

Por los tejados...

Por los tejados corre el gato de la nostalgia. Se agarra a las tejas, como si fueran días arañando la vida, e intentando dar zarpazos a la rutina.

 

Un gato negro en un estómago vacío, y nubes negras en unos lagrimales secos, incapaces de producir lluvia.

 

Se cuartea la piel por el tiempo perdido, y la ira duerme un sueño definitivo.

 

En la oscuridad de la celda escucho un leve canto, y no salgo. Me siento ya incapaz de dar un paso. La incertidumbre vuela en su cabeza y la mía, y el canto se apaga, y no le busco. Quieta me quedo esperando un milagro.

 

En la oscuridad mi corazón quiere latir de nuevo, y siento miedo. Un miedo que me atenaza, que cierra mis labios, y me hace sentir en silencio.

 

Eres humo que pasa sordo a una súplica callada.

Sakkarah

No viene...

No viene...

Auntor imagen: Sandra Wakeen

No viene la palabra para lo que sucede dentro, es un roce arcano e íntimo. Dentro de las mil y un formas de expresión, el corazón (mudo) piensa, sin decidirse por ninguna. 

La boca queda hermética, apoyando el pensamiento; pero la mirada se extiende abarcando toda una ensoñación. Una sonrisa atiende a la nada, aunque su imagen la sugiere. 

La fantasía le busca entre las letras, en un punto de luz. Le encuentra en cada callejón, y en la oscuridad de un cielo amenazante. Allí me hace mirarle, para dar la vuelta despacio, y presentir quimeras

Sakkarah

Es una sensación...

Es una sensación...

Autor imagen: Clepsidras

Es una sensación inexplicable. Un querer saber de una persona, y no encontrar los motivos para poder dirigirte a ella.

 

Nunca me ha gustado frenar los sentimientos, pero aun así. Guardo silencio, y ¡que mal lo sé guardar!. Cuantos dispositivos se disparan en mi mente, para intentar controlarme, pero es que ya está exhausta de tantas desilusiones a la que la someto.

 

Sé que terminaré escapando de ella, que el corazón siempre me lleva de la mano tentándome a seguirle. Seguro que ya estará maquinando como arreglárselas para salirse con la suya. Total…para qué, para volver a salir herido; pero es inquieto, la pasión le aprieta, y mi mente no puede con el.

 

¿Por qué no dejar que lo que ha de venir venga?. ¿Por qué no esperar?. Estoy en una lucha interna infructuosa, ya que sé que durará pocas horas; aunque la mente poco a poco va tomando ya las riendas de mi vida.

Sakkarah