Al separarse dos.
Al separarse dos, que se han querido,
¡ay!, las manos se dan;
y suspiran y lloran,
y lloran y suspiran más y más.
¡ay!, las manos se dan;
y suspiran y lloran,
y lloran y suspiran más y más.
Entre nosotros dos no hubo suspiros
ni hubo lágrimas...¡Ay!
Lágrimas y suspiros
reventaron después... ¡muy tarde ya!
Enrique Heine
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