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Sakkarah

Cierto es...

Cierto es...

Cierto es que el silencio ahorra muchos sinsabores. Las palabras calan la memoria del otro, y después son utilizadas como arma suicida. Te llegan a matar tus propias palabras.

 

La información la procesa el contrario con rapidez, y creemos debernos a ella equivocadamente. Nadie puede anclarse en un pensamiento, por lo tanto nadie puede agarrarse con fuerza a una palabra dicha. Todo es cambio, y normal es que mute el pensamiento. Si de todo se aprende, lógicamente se avanza, y se cambia.

 

Podría no importarnos decepcionar al otro, pero nos importa. Los sentimientos siempre mandan.

Sakkarah

6 comentarios

Sakkarah -

No es cutre tu cuento,Shobogenzo.Es muy bonito también.

Un beso.

Shobogenzo -

Me gustaron vuestros cuentos, Cris y Angelsinalas, y me recuerdan un poco al de aquel jarrón maravilloso que un día se rompió en mil pedazos y que su dueño intentó recomponer con una cola mágica que había en el mercado. Después de mucho esfuerzo, amor y delicadeza, acabó recuperando la forma que tenía. Al principio le pareció que seguía igual de bonito, pero conforme iban pasando los meses no podía dejar de ver todas esas juntas imperfectas con su hilito de pegamento. Así que un día, paseando por la calle, entró en un todo a cien de su barrio y se quedó deslumbrado por un precioso jarrón. ¿Adivináis lo que hizo con su jarrón…? Lo tiró a la basura y desde entonces le empezaron a gustar esas tiendecitas en las que uno entra para ver si hay algún artículo que le sorprenda… Ya sé que es un poco cutre mi cuento, pero os lo envío con mucho cariño.

Un besote, a los tres.

Sakkarah -

Sí, Angelsinalas,deberíamos pensarlas bien antes.

Un bonito cuento lleno de sabiduría...

Muchos besos.

angelsinalas -

Creo que también las palabras pueden ser la peor arma que tenemos en nuestro poder.
Conozco un cuento en el que el padre le dice a su hijo que tome un trozo de madera y clave en ella 10 clavos y después de ser clavados, los vaya desclavando uno a uno. Y que mire que la madera, y verá como se han quedado los huecos de los clavos, y éstos no se irán nunca...estará allí por siempre. Pués lo mismo pasa cuando decimos algo o hacemos al alguien y lo herimos, que aunque después quitemos los clavos y lo que queramos enmendar, seguirán las heridas producidas a lo largo de la vida.
Por tanto, intentemos pensar con la cabeza, cuando digamos algo a los demás, porque se pueden decir las cosas sin ofender. Siempre he estado a favor de ello.
Me ha encantado tu reflexión.

Muchos besos.

Sakkarah -

Eso que dices es muy cierto, Cris.

Me gusta tu carácter siempre animoso y fuerte.

Un beso.

Cris de Gramlont -

Así es. Las palabras son cuchillos que en ocasiones se revuelven contra nosotros.
Una vez alguien me envio un power en el que hacían un simil entre un corazón y un papel.
Mas o menos venía a decir que un papel nuevo cuando se le hace una bola y se arruga, por mas que lo planches y
que lo estires jamás vuelve a ser nuevo. Siempre quedan las marcas como recuerdo de que fue arrugado.
Lo mismo pasa con un corazón herido, aunque lo supere, siempre quedan las cicatrices que le hacen reaccionar de una determinada forma ante un estímulo.
Pero afortunadamente el ser humano tiene la facultad de olvidar con el tiempo y que las heridas vayan curando.
Mila musuak. Arriba los corazones!!