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Sakkarah

La calavera.

La calavera.

En un derruido muro
de la huerta del convento,
en un agujero oscuro
do silvia al pasar el viento.

Y como una dolorida
queja a las piedras arranca,
hay en el fondo escondida
una calavera blanca.

De algun fraile soñador
de vida ejemplar y bella,
y dedicada al Señor,
en el mundo unica huella.

Abre los ojos sin fondo
como a visiones extrañas
y del vacio en lo hondo
forjan telas las arañas.

Humedo musgo grisoso
recubre la antigua grieta
donde, en supremo reposo
descansa ignorada y quieta.

Pero hasta aquella escondida
mansion la brisa ligera
lleva murmullos de vida
y olores de primavera.

Golondrinas que en sus marchas
dejaron el patrio río,
huyendo de las escarchas,
de las brumas y del frío.

Cuando la luz del poniente
filtra por el hondo hueco,
y hace parecer viviente
el craneo rigido y seco.

Desde las negras ruinas
alzan sosegado vuelo
y en sus vueltas peregrinas
tocan las ramas y el suelo,

como buscando en el prado
ya por la tarde, sombrio,
el espiritu elevado
que habitó el craneo vacío.

Jose Asuncion Silva

6 comentarios

Sakkarah -

¡Ah!, tú si que eres precioso.

Ya ves ...¡y tan tardío!, jajajaja

Otro beso romántico

jnj -

Preciosa. Como tú. Siempre me ha parecido que el romanticismo tardío es más romanticismo.

Un beso romántico.

Sakkarah -

No creas, Juanjo, en todo caso sólo un poquito...Reconoce que es bonita.

Un beso medio macabro, ¡qué le voy a hacer...!

jnj -

En inglés, lo hubiera escrito Poe; en castellano -claro- Silva.

Alguien te hacía notar no hace mucho cierto sesgo tétrico...

De todas formas, gracias por estas magníficas cuartetas.

Un beso nada macabro.

Sakkarah -

Me alegro que te guste, Dino. A mí me gusta mucho.

Un beso.

Dinosaurio -

Un bello poema de un poeta con una vida difícil.
Un beso.