Cosas curiosas
Pese a que ya durante el siglo XVII, los hábitos de higiene y limpieza iban cambiando a mejor; lo normal era que tanto hombres, mujeres y niños se cambiaran de ropa interior no más de una vez al mes. Este cambio aprovechaba la limpieza, también mensual, de su propio cuerpo. Ciertamente en aquel tiempo era todo un lujo darse un baño, ya que no se disponían de las comodidades actuales, tales como el agua corriente y caliente.
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Otra costumbre del siglo XVII referente al aseo personal, era el hecho de la aceptación popular, de que lavarse con frecuencia era perjudicial para la piel, los cabellos y los dientes. Por eso las damas, para su aseo matinal, acostumbraban a lavarse el rostro con una tela blanca, empapada en agua. Por el contrario, usaban gran abundancia de perfumes, pastillas de anís y toda clase de cosméticos para ocultar o camuflar los posibles malos olores.
Descoocido
6 comentarios
Sakkarah -
Un beso.
Dinosaurio -
Pues yo tengo el calentador roto y no veais qué descubrimiento es el agua fría. ¡Menos mal que hace calor!, pero aún así ...
Abrazos.
Sakkarah -
Un beso, historiador.
Furgo -
Más adelante, al sofisticarse la cosa con ballestas y espadones de 45 kilos, hubieron de diseñar armaduras. Entonces, lejos de aprovechar la circunstancia para pasarse un agua, lo que hicieron fue darse ungüentos y aceites sobre la roña para acabar teniendo una corteza envidia de robles y encinas.
Eran tipos duros los medievales, no como ahora, panda de flojos.
Ah, qué tiempos aquellos.
Un besillo, socia.
Sakkarah -
Un beso.
Analysta -
Lo lamentable del tema es que fue precisamente la iglesia la que hizo desaparecer los baños públicos romanos supuestamente porque eran inmorales y eso tuvo necesariamente que influir en la higiene del populacho.
Saludos laicos