Carta a un pasado.
“Todo fluye... y nada permanece”.
Este aforismo de Heráclito podría simbolizar, aplicándolo al plano sentimental, el tremendo vacío que dejan los sentimientos perdidos, los afectos huidos, los amores en desencuentro, los sentires baldíos.
Todo fluye y nada permanece... como las aguas de un río.
Cierto. Y fluye porque no se da un equilibrio entre el discurrir del agua y la retención que se puede hacer de ella. Y sin ese equilibrio de fuerzas, el río sigue imparable su curso.
Así, con esta fluvial alegoría quiero recordar nuestra brevísima historia; una historia que, habiendo sido, no llegó a ser. Y es que tú fuiste como ese río del cual sólo pude beber un sorbo, porque tu agua huidiza se fue deslizando sin parar. Pero, ¡cuánto me gustó ese sorbo que bebí de ti... ¡Glup! ¡Qué saludable!
Sin embargo, con ese sorbo noté que también empecé a tragarme algunos otros sentimientos... ¡Glup! Eso ya no fue tan saludable. Y es que los ríos fluyen y nadie les puede decir hacia dónde han de ir; sólo ellos mismos escogen la dirección que más les conviene.
No, no fue nuestra historia como yo hubiera deseado, como parecía apuntar en suinicio. Me hubiera gustado que mientras durara, aunque fugaz, se hubiera mantenido siempre igual, siempre como ese primer sorbo estimulante y revitalizador. No pudo ser. Y ya en aquellos momentos me mentalicé de que el coste de tenerte era también el de perderte. ¡Y cuánto me entristeció perderte!
En vano entrelacé con fuerza mis manos para formar un cuenco hermético que me permitiera retener el agua escurridiza y poder aplacar así mi sed de ti con nuevos sorbos. Pero el agua, rebelde en su libertad, se me fue escapando entre los dedos en su continuo fluir. No pude retener ni una sola gota; una sola gota que yo hubiera preferido a cualquier otro apetecible caudal.
Me quedó, a pesar de todo, el poso que ese flujo fue dejando; ese limo enriquecedor que se materializa en los recuerdos. Ellos, refugiados en mi memoria, son y serán siempre testimonio de todo lo vivido.
Y quizá por haber asumido ya desde el propio inicio que no ibas a ser para mí, por no esperar nada de ti, por no tener la más mínima expectativa... quizá por todo eso, llegué a obtener tanto. ¡Me generaste tantas cosas! Y también por eso, después de mucho tiempo, te sigo aún añorando. Porque nuestra historia no llegó a ser, y en cambio sigue siendo; no llegó a florecer, pero reverdece en mi pensamiento; no llegó a tener vida, pero resucita en mi memoria. Y es que, como el agua fugitiva, tuviste la habilidad de volver a perderte en otro mundo de donde habías venido para hacerme fugazmente dichosa y luego desaparecer, logrando convertirte en un misterio y, por eso, en inolvidable.
Y es cierto: todo fluye y nada permanece. Pero siempre sobrevivirá el recuerdo. Tú.
Gea.
12 comentarios
Sakkarah -
Pablo -
Saludos.
Sakkarah -
Sí es un escrito bueno. Lo hizo una amiga que escribe muy, muy bien.
Un beso.
JacK CroW -
Poniendome al dia en los blogs, aunque un poco tarde, deseo lo mejor para ti, no sólo hoy dia de las mujeres, sino siempre, porque siempre debemos reconocer lo importante y valioso que aportan en nuestras vidas, llamense madres, esposa, amiga, etc...
Un saludo y que tengas buen día....
Sakkarah -
Mela -
Buena elección, Sakk. beso para las dos.
Sakkarah -
Margot -
Un abrazo para ti Gea y otro, como siempre, para nuestra anfitriona, Sak.
Sakkarah -
Un beso, Jazmín
jazmin -
Lo que queda luego son recuerdos que duelen hasta que pasa una temporada más o menos larga y ese dolor desaparece.
Un abrazo
Sakkarah -
Muchos besos, nos vemos.
ESPARTACO -