Decidió salir...
Decidió salir al jardín. Alto y fuerte, con su vestimenta sencilla aunque de marca. Su aspecto a veces era la de un hombre serio, otras la de un niño grande. Sonreían sus ojos aún más que sus labios.
El amaba su jardín, los pocos días que iba por allí, se recreaba cuidándolo. Sus rosas lucían siempre bellas, pues heredó de su madre el amor a aquellas flores. Aspiraba el aire perfumado, era exquisito para los aromas.
Sintió unos pasos que se acercaban. Un andar sigiloso, pero no había presencia. Un ente invisible y sagaz estaba ante sus ojos. Si hubiera podido divisarle hubiera notado su implacable mirada.
Pocas veces le visitaba. Pocas molestias le daba. Pasado un rato, nuestro sencillo y gran hombre, se encontraba sumergido en un serio pensamiento. Una lucha titánica contra la presencia invisible. Esta vez se le resistía, ya que con anterioridad siempre había vencido saliéndose con la suya.
Se le acusaba de un grave delito, no era la primera vez que le había sucedido, pero esta vez lo había hecho lentamente, utilizando la tortura.
Su pensamiento voló, llevándole a un tiempo atrás. Allí estaba ese cuerpo inerme. Recordó su agonía mientras moría, y su propia sonrisa. Aquella sonrisa feliz que le salía al desembarazarse de una carga tan pesada. No había utilizado cianuro potásico, sino un arma mucho más letal, mas eficiente. Utilizó el olvido.
No, esa presencia no lograría manejarle. Aunque fuera su conciencia, no sucumbiría ante ella,. Nadie sería capaz de hacer que le llegase un solo recuerdo que tocara esa fibra sensible. Había matado al amor
Sakkarah
El amaba su jardín, los pocos días que iba por allí, se recreaba cuidándolo. Sus rosas lucían siempre bellas, pues heredó de su madre el amor a aquellas flores. Aspiraba el aire perfumado, era exquisito para los aromas.
Sintió unos pasos que se acercaban. Un andar sigiloso, pero no había presencia. Un ente invisible y sagaz estaba ante sus ojos. Si hubiera podido divisarle hubiera notado su implacable mirada.
Pocas veces le visitaba. Pocas molestias le daba. Pasado un rato, nuestro sencillo y gran hombre, se encontraba sumergido en un serio pensamiento. Una lucha titánica contra la presencia invisible. Esta vez se le resistía, ya que con anterioridad siempre había vencido saliéndose con la suya.
Se le acusaba de un grave delito, no era la primera vez que le había sucedido, pero esta vez lo había hecho lentamente, utilizando la tortura.
Su pensamiento voló, llevándole a un tiempo atrás. Allí estaba ese cuerpo inerme. Recordó su agonía mientras moría, y su propia sonrisa. Aquella sonrisa feliz que le salía al desembarazarse de una carga tan pesada. No había utilizado cianuro potásico, sino un arma mucho más letal, mas eficiente. Utilizó el olvido.
No, esa presencia no lograría manejarle. Aunque fuera su conciencia, no sucumbiría ante ella,. Nadie sería capaz de hacer que le llegase un solo recuerdo que tocara esa fibra sensible. Había matado al amor
Sakkarah
14 comentarios
Sakkarah -
Es mu triste que te olvide quien amas.
Un beso.
Dinosaurio -
Abrazos.
Margot -
Un beso
Sakkarah -
La tengo guardada con cariño.
Un beso.
Sakkarah -
Ya la he guardado, y con tu permiso, la pondré aquí.
Un beso.
Margot -
http://www.espacioblog.com/myfiles/palabrasdelalma1969/Waterfalls.gif
Espero que te guste.
Un beso
Sakkarah -
Te deseo lo mejor. Él se lo perdió...
Un beso, Sandra.
Sandra -
Besicos guapa
Sakkarah -
A mí no me veía, de insignificante que debo ser. Y...yo no llegaba a donde otras sí. Fue lógico el cambio, y el olvido. Me dejaron...
Un beso.
Sandra -
Besitos guapa
Sakkarah -
Un beso, Margot.
Margot -
Creo que hay demasiadas historias olvidadas en este mundo. Prefiero mantener vivo el recuerdo, me gusta más.
Un beso, Sak.
Sakkarah -
Capaz de haber matado mil veces al amor Este capitán...
Un beso.
Capitán Pescanova -
Un beso, Sakkarah.