El silencio.
Cuando vienen malos tiempos, lo hacen en cadena, y suelen perdurar. Los ratos buenos, aunque son intensos, son efímeros, y lentos para llegar.
No siempre acude la furia en esos días, porque si se desatara, en realidad sería un alivio la descarga. Yo tengo pocos arranques de ira, y eso hace que las cosas se apoderen más de mí.
Lo malo de estos sucesos, es cuando pillas por medio a la persona menos indicada. Siempre hay alguien que paga todo el mal humor, como si la injusticia fuera nuestro emblema, y yo, si algo odio es a esta.
Hay un lugar, que aunque no siempre idílico, se debería visitar: “El refugio del silencio” Allí ahogas esas palabras de las cuales te vas a arrepentir después, y allí hallas soluciones claras que el bullicio no te dejaba ver. Soy muy poco asidua a el, y sin embargo, necesito visitarlo.
Sakkarah
4 comentarios
Sakkarah -
Un saludo.
Yado -
De todas formas como ya le dije en otro comentario para estar de puta madre es condición sinequanon no pensar demasiado.
Saludos
Sakkarah -
El silencio...es necesario.
Un beso.
El Argonauta Enmascarado -
Una palabra de aliento, por efímera, también contiene una elevada dosis de intensidad.
Un beso, Sakkarah.