Vivir para siempre.
Una dama comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede anhelar el corazón, y deseó vivir para siempre. En los primeros cien años todo fue bien, pero después empezó a encogerse y a arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni comer, ni beber. Pero tampoco podía morir. Al principio la alimentaban como si fuera una niñita, pero llegó a ser tan diminuta que la metieron en una botella de vidrio y la colgaron en una iglesia. Todavía está allí, en la iglesia de Santa María. Es del tamaño de una rata y una vez al año se mueve.
Anónimo europeo
6 comentarios
Sakkarah -
Un beso.
Sakkarah -
Un beso eterno, Juanjo.
HOMERO -
jnj -
Un beso infinito.
Sakkarah -
Muchos besos con cariño.
ElPoeta -
V.