Maria Luisa de Orleans.
María Luisa de Orleans (París, 1662-Madrid, 1689), primera esposa de Carlos II (Madrid, 1661-Madrid, 1700) era la primogénita de Felipe, Duque de Orleáns y único hermano del rey de Francia, Luis XIV, y de la princesa Enriqueta de Inglaterra.
María Luisa suplicó a sus tíos Luis XIV y María Teresa que la casaran con su primo el delfín, cosa que no consiguió, ya que eran más importantes las razones de Estado –una unión con la corona española-, que los deseos de una joven princesa.
Según cuentan embajadores y cronistas, el joven Carlos (Madrid, 1661-Madrid, 1700) sufrió un repentino cambio con respecto al sexo femenino, que hasta entonces le había sido del todo indiferente, por no decir que le tenía verdadera aversión. Esto sucedió a partir de recibir un retrato de su futura esposa María Luisa de Orleans (París, 1662-Madrid, 1689), retrato que según cuentan acariciaba como si de ella misma se tratara, mientras exclamaba: “mi reina, mi reina”.
La boda por poderes entre Carlos II (Madrid, 1661-Madrid, 1700) y María Luisa de Orleans (París, 1662-Madrid, 1689) se celebró en Fontainebleau; tras ésta partió la joven María Luisa hacia España, llegando el 3 de noviembre de 1679 a la frontera del Bidasoa. Allí, fue recibida por el marqués de Astorga, encargado de escoltarla hasta la capital. Pero sucedió, que el joven rey, tan enamorado estaba, que impaciente y desobedeciendo a su madre la reina Mariana de Austria (Viena, 1634-Madrid, 1696), partió para encontrarse con la comitiva. Los cortesanos, vieron en este hecho una buena señal para lograr una rápida descendencia.
El primer encuentro de Carlos II (Madrid, 1661-Madrid, 1700) y su primera esposa María Luisa de Orleans (París, 1662-Madrid, 1689) tuvo lugar el 18 de noviembre de 1679 en Quintanapalla, Burgos. Este primer encuentro se produjo de forma fortuita, ya que imprevisiblemente el joven Carlos fue al encuentro de la comitiva que acompañaba a su esposa. Así en este primer encuentro la comunicación fue algo difícil, ya que Carlos no hablaba francés –ni lo hablaría nunca-, y María Luisa hablaba muy poco castellano. Sirvió de interprete el embajador francés, Claude Louis Hector, duque de Villars (Moulins, 1653-Turín, 1734).
Del primer encuentro entre María Luisa de Orleáns (París, 1662-Madrid, 1689) y Carlos II (Madrid, 1661-Madrid, 1700) comentaría el embajador francés, el duque de Villars (Moulins, 1653-Turín, 1734) al mismísimo Luis XIV, que Carlos II estaba entusiasmado con María Luisa, y que ésta, aunque le había confesado que “asustaba de feo” le había tratado con delicadeza y amabilidad, como correspondía a una sobrina del rey Sol.
Desconocido
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