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Sakkarah

Quiso pensar...

Quiso pensar...

Quiso pensar, y pensó tanto que olvidó la lectura por completo. Enredada en su pensamiento, escalaba una vida extraña. Ya no la importaba nadie, era ella con su mundo imposible a cuestas. 

Sus ligaduras se iban debilitando y rompiendo, a poco tiempo de llegar a la cima. Al fin, pendía de un hilo y se adentraba en las espumas de la nada. Allí sintió el frío que taladraba los huesos de sus piernas, y se aferró a una roca para salvarse. Necesitaba un libro. 

Todo lo que necesitas lo encuentras en el lugar apropiado. Ante sus ojos, con sus páginas abiertas, la esperaba. Ella ávidamente leía, mientras iba tornando el calor a su cuerpo. Ya sentía sus pies, y se encontró ligera para poder correr en pos de la imaginación perdida.

Sakkarah

2 comentarios

Sakkarah -

Si es cierto que hay que tener un asidero...Porque si no...

Tú si que eres genial.

Muchas gracias por tus palabras.

ElPoeta -

Dejar volar la mente por el viento de las sensaciones es hermoso... Hace que te sientas libre, aunque la libertad no es suficiente si no hay un asidero del que echar mano para poder poner de nuevo los pies sobre la tierra. Bellísimo, mi genial Sakkarah, más que un relato, poesía pura. Un beso,
V.