Preámbulo
Triste destino el mío. He sido tan precoz en todo...La corona ceñía mi cabeza con tres años. No entendía aún su significado, pero me sentía importante; y con 13 ordenaba ya la vida del resto. Todo tiene su lado oscuro, la cara menos agraciada. Casarme contra mi voluntad, y tenerme que separar, aunque eso hoy está a la orden del día, (la separación, que no la obligación).
Soy un símbolo de la libertad, aunque más llenita que la estatua que le hicieron en el río Hudson; pero ya se encargaron algunos de llamarme frívola, lujuriosa y cruel. Qué les voy a contar de insultos hacia la persona, de los que ustedes saben tanto.
Esto sólo es el preámbulo, de mi anacronismo entre ustedes.
Salud.
Sakkarah en el papel de Isabel II
3 comentarios
Sakkarah -
Me pongo en su lugar, y cuento sus hechos, no los míos.
Un beso.
Anónimo -
Anónimo -