Cigarras y hormigas.
Durante ese verano, ese otoño y esa primavera la cigarra cantó, leyó libros maravillosos, se hinchó de frutas de comarcas lejanas, fornicó y bebió hasta desfallecer, durmió sobre el humo de las ramas del sauce. Mientras, la hormiga -que sabe leer y conoce la historia- saqueó con su modestia la montaña, llenó de hojas, migajas y restos de vecinos muertos toda su cueva. Meticulosa, la hormiga pasó el año ahorrando para cuando el viento y la lluvia feroz.
Y llegó el invierno (como suele suceder en la literatura y en el mundo) y arrasó con todos los planetas. Del reino sólo quedaron raíces y hojas de plátano, susurros atrapados bajo el hielo, cadáveres simples y pequeños (cigarras y hormigas, por ejemplo).
Alberto Barrera
6 comentarios
Sakkarah -
Un besito.
Eilen -
Sakkarah -
Tanto cambio, al final las hormiguitas sew tendrán que volver vagas.
Un beso, Pau.
pau -
Habrá que atesorar poco y la cigarra tendrá comida todo el año... o no, vete a saber.
Sakkarah -
Yo tambiénn creo que debe haber un término medio. No todo puede ser atesorar...Quizá la cigarra sea algo más lista, pues la cida es efímera...y se debería vivir a tope.
Un beso.
monocamy -
Nunca he creído el cuento de la cigarra y la hormiga. Ni tanto ni tan calvo. La desidia de la cigarra, no. Pero la esclavitud de la hormiga, tampoco.
Incluso un rey es pobre, si no le basta con su reino, si necesita más. Pero claro, hablamos desde un punto de vista filosófico. Desde uno bancario o bursátil la cosa cambia :D
Bechitoch.