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Sakkarah

Promesa

Promesa

Entraste por la puerta después de un día más de trabajo. Aún no podíamos creernos esa realidad. Fue durante tantos años un sueño, que temíamos que se nos pudiera evaporar.

En esos momentos, nuestros besos no eran esos rutinarios y acostumbrados. Por el contrario el abrazo llevaba deseo, los besos aún era ávidos; y perderme en tu boca me seguía haciendo cerrar los ojos. Nos costaba separarnos, y nuestros ojos se encontraban después a cada instante.

El sofá aún nos servía para seguir juntos arrullando sueños, para reír, para jugar... Yo había sido capaz de olvidar. Podía leer en tus ojos el gran amor que por mí sentías. Nadie fue capaz de separarnos, ni la distancia, ni las normas, ni las palabras que de manera calculada presentaban de tarde en tarde ante mis ojos para que yo desistiera.

No fue lo nuestro una aventura, ni una fogosidad que tan solo se queda en las palabras. No fue una noche de pasión como tantas otras. Era mucho más, era una promesa de amor cumplida.

Sakkarah



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