En estos momentos estoy recordando, la vida da muchas vueltas. Recuerdo mi niñez, ¡era tan estudiosa! Además muy devota, tanto, que quería meterme monja, menos mal que el destino no lo quiso así, pues la vida sin haber conocido a Felipe, no hubiera sido tan hermosa
No me importa esta tristeza que me invade, ni esta apatía, pues viví los más bellos momentos. No toda mujer disfruta en su vida de una pasión como la mía. Aún recuerdo cómo nos enamoramos nada mas conocernos. Felipe, tan apasionado como yo, no podía esperar....por eso no pudimos llegar hasta los esponsales oficiales sin consumar nuestro amor
Recuerdo a mis suegros, él era un gigante de dos metros, que con su fuerza hercúlea, subía de un salto al caballo con su armadura de 15 kilos, pero tenía un antiestético mentón ; y ella era muy guapa. Mi hijo Carlos tuvo la mala suerte de heredar ese mentón tan horrible de su abuelo. Al recordar me hace gracia pensar como vino al mundo. Yo no podía perder de vista a Felipe, él me amaba mucho, pero era muy mujeriego. No tenía toda la culpa. El hecho de ser rey, ya hace que todas las cortesanas se vuelvan locas. De todas formas yo sé que no pudo encontrar en otras las vivencias que teníamos en la alcoba. Le amaba demasiado y quise hacer que mis recuerdos fueran imborrables. Por esta razón no tenía prisa para dar a luz, prefería estar junto a él, vigilándolo y en el momento de defecar le tuve en el cuarto de baño. Es buena la originalidad y su nacimiento lo fue
Retomando el hilo del mentón de mi hijo, se hace curioso pensar cómo son los campesinos. Quizá sea la ignorancia que es atrevida, pero no tienen complejo ninguno. Llegan a comportarse de manera zafia y grosera.. Carlos no era capaz de cerrar la boca, por su mentón y cuando procedente de Flandes llegó por primera vez a España, un campesino español le espetó: "Cuidado, Señor, aquí las moscas son insolentes". Cuando Carlos todo indignado me lo contaba, no pude contener la risa, pues imaginaba como se quedaría ante una osadía tal. Siempre hay anécdotas para recordar que me hacen sonreír
Siempre amanecerá
Sakkarah en el papel de Juan la loca