Gracias, Cris.
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Mejor la cama destendida que tu ausencia a mi lado,
mejor sus besos que tu nombre en mi boca
y yo primavera y otoño en menos de una hora
mientras la conozco se va uniendo a mi olvido.
Esto es un trorrillo, un espiral, un ciclo...
esto de no tenerte y buscarte en pechos desconocidos
en un nombre que no recuerdo
en un vientre al que no vuelvo
es un punto más a la lista de fracasos que guardo en el cajón
junto a tu recuerdo.
La recuerdo asi
como luz de dia que deslumbra en el umbral
como casa de muñecas todo en su lugar
con todo dispuesto para empezar a jugar
tenia tantas ganas para empezar a jugar
La recuerdo asi
como la promesa que le hice y no cumpli
no importa este mundo en contra me tienes a mi
pero cuando le hice falta ya no estaba alli
le hice tanta falta y ya no me encontraba alli
La recuerdo asi
me dijo no digas nada calla y no la oi
solo queria un beso dulce antes de partir
no queria que la mirara llorar nuestro fin
no queria que la mirara llorar este fin
La recuerdo asi
con el nudo en la garganta y ganas de mentir
y decirme todo va a estar bien si tu no estas aqui
no soy la primera y no eres el ultimo asi
no soy la primera y no eres el ultimo asi
8 comentarios
La foca sobre la roca -
Nunca hay que desanimar, hay que andar toda la vida "emprendiendo la marcha". A mi me toco hacerlo en septiembre de hace dos años.En otoño al contrario de lo que piensa mucha gente, empiezan nuevas primaveras.
Seguro que ud sabrá seguir el camino que le comunica con ese mar, partiendo desde este mismo sitio, donde se encuentra ahora.
Vaya mi afecto para ud y para nuestra anfitriona Sakkarah.
La foca sobre la roca -
Trabajo es trabajo y eso a veces nos tiene distanciados fisicamente, aunque no espiritualmente, es lo que hay.
Como bien dices nuestro amor es grande y aunque a veces no llegan nuestras noticias ambos sabemos que estamos ahi, atentos y firmes, sintiendo mensajes en el viento y besos en la vigilia, donde se termina la realidad y comienzan los sueños.
Gracias Sakkarah por tus ánimos. Te deseo todo lo mejor.
Sakkarah -
Yo no me equivoco.
Un beso muy grande.
Sakkarah -
Estoy de acuerdo contigo, de que el hombre del mar no está solo. Seguro que tiene a alguien que no puede vivir sin su presencia, y que mira al mar como él.
Creo que el amor, cuanto más apasionado es, más complicado; pero que bonito...
Ojalá corra a don él sabe que le estarán esperando.
Y tú, espero que pronto, muy pronto sepas de tu pareja. Porque s algo yo tengo claro en esta vida es que estás enamoradísima.
Un beso.
Sakkarah -
Estoy por asegurar que eres un hombre muy amado; pero esl amor es tan difícil...
Hay momentos tristes, así, como los que cuentas; pero esos momentos pueden dar lugar a otro reencuentro con el amor que tiene aún más fuerza- El recuperar lo que se creía perdido.
Nunca te des por vencido, no dejes marchar al amor...
Un beso, y mucha suerte.
Cris de Gramont -
Gracias a ti Sakk por concederle un espacio en tu blog.
Sakk te has dado cuenta de las miles de estrellas que lucen esta noche en el firmamento?
Mila musuak
La foca sobre la roca -
El otro día hablábamos en el trabajo, bromeando claro, sobre formas de finales rápidos, y yo decidí que los chutes de colesterol eran lo mejor. Morir de infarto, por taponamiento de arterias, me parecía lo mas placentero y rápido, así que recordé el camino a la playa que a pesar de estar cerca de mi casa este verano no pisé ni extrañé, pues andaba como Heidi por las praderas con mis tres perros y mi esposo, y también recordé la churrería donde hacía un alto en el camino y compraba morritos fritos y almendritas saladas, así que hoy fui a darme la primera dosis de colesterol.
Tomé el camino de la playa con gafas de sol en los ojos aunque yo las suelo utilizar para sostenerme el pelo y me dirigí al espigón a leer un libro de hazañas antiguas que me regalo mi esposo, que se encuentra temporalmente de viaje.
Al leer a este señor de arriba, me he visto a mi misma, sola, perdida entre la gente y dándome cuenta que sin las personas que amamos cerca no somos absolutamente nada.
Yo no tiré piedras al mar, no tenía , pude tirar los morritos y las almendritas, pues solo comi un par de ellos. Así que ante tantos pensamientos decidí volver para casa en espera de alguna noticia.
Lo único que puedo hacer, es sentarme en la roca donde sueño y esperar a mi amor a que vuelva, porque el decir o el no decir de nada sirve y francamente me doy cuenta de que sin el es como que se acabaron las estrellas.
Al vecino del comentario de arriba solo le diré que estoy segura de que alguien estaba pensando en ud en ese mismo instante, seguramente porque no es capaz de hacer nada mas, así que deje de tirar piedras al mar y utilice el teléfono que es la mejor forma de comunicarse hoy en día. Cuando existe amor, no se como será el suyo, el mio es inmenso, perder tiempo es la mayor equivocación del mundo. La incomunicación solo trae problemas añadidos.
Hombre a la orilla del mar -
En medio de ese amanecer, nacía conmigo, un mundo de soledad, que me miraba con su mirada ya cansada.
Esta es una visión de un mundo puro y limpio pero triste, unas gotas transportadas por el viento, azotaban al hombre perdido en la playa.
Ahora todos se habían marchado y el hombre está solo. No tenía nada, ni amigo ni mujer, ni barco que le llevara.
La única forma de comunicar con el mar es tirarle una piedra.
Es el desafío del loco, tirarle una piedra es gritar al mar y lanzarle un desafío. Tirar una piedra al mar, tiene el gusto de la lucha y del suicidio, una especia de rabia mezclada con miedo.
Para un hombre solitario en la playa el mar tiene una vida de espanto. Al sur y al norte; atrás, unos acantilados salvajes e arenosos, en uno horizonte muerto; el mar sitiando todo, cuando digo todo es todo, con su tumulto y sus ruidos.
Una vez más me he perdido, solo en las playas desiertas, siempre juego con el agua y el viento, y siempre pierdo. Un hombre solo en la playa, siente que las olas son más altas que él, es un sentimiento de impotencia por lo menos patético. Uno puede desconocer el mar y seguir caminando en silencio por la arena; cuando lo hace, sabe que se está fugando a un insistente desafío. Su línea de movimiento, a lo largo de la playa, con el mar gritándole desafíos, es siempre por un lado paralela ya que no se adentra y por otro perpendicular con la mirada. La espuma de las olas que le llegan a sus pies o de ellos se aproxima, unas veces más otra menos cerca, son acusaciones, le recuerdan que no debe andar en línea recta, solo se debe alejar del mar, no debe tener ni la ilusión de proximidad.
Solo el viento, no soplando desde el mar pero de la tierra, le empuja, le da en la cara, y mantiene el ritmo de la caminada, queda el resentimiento, pero de la lucha misma, ya perdida, queda el secreto de que siempre podría tener una actitud heroica.