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Sakkarah

No hace falta mucho.

- Mis sentimientos
No hace falta mucho. No hace falta mucho, sólo que sea inmenso a nuestro ojos. Minúsculas partículas forman la piel que hace crecer en mi el deseo de acariciarla, por la que, al resbalar el agua, se vuelve mar de turquesa, tesoro y coral.

Juego sobre tablero de nácar nuestro amor, equilibrio del alma, dueño de cielos

Sólo entiendo la vida en ti, donde todo pierde la medida, donde el amor se hace inconmensurable.

Sakkarah

13 comentarios

Sakkarah -

Lo de emborronar lo dices tú, no yo.

A nadie le digo lo que me tienen que decir.

Un beso.

Anónimo -

Desde luego, la verdad absoluta no existe. Hay miles de verdades dependiendo de la cara que esta nos haya dado. Pero no creo que nadie consienta que te hagan daño. Y por supuesto me niego a aceptar tu frase: y que encima lo aplauda.

Aunque también te digo que no puedes pretender que todo el mundo mire los hechos con tus gafas.

Te sigo besando.

Pd. Creo que este es mi último comentario. Siento emborronarte tu maravilloso blog lleno de loas (todas muy merecidas) con mis cosas, perdona.

Sakkarah -

Yo no lo equivoco.

No pretendo que nadie esté a mis órdenes, pero no me gustaría que nadie consintiera que me hicieran daño y lo aplaudiera encima.

Un beso.

Anónimo -

A veces confundimos el que no te quieran con el que no quieran hacer lo que tu quieres que hagan.

Un beso a tí también

Sakkarah -

No, yo no tengo el control sobre nada, anónimo.

Si alguien no te quiere y no quiere estar contigo, imagino que es dejarte.

No sé. al fin y al cabo es lo mismo que te dejen o no, si no sienten nada por ti.

Un beso.

Anónimo -

vaya, no sabía que te había dejado alguien.

Pensé que el control siempre lo habías tenido tú.

Aunque la verdad es que no se pueden racionalizar los sentimientos.

Salud.

Sakkarah -

Jajaja, Mela, mira que si eres cabezota.

Creo que cuando se ama se está en el otro, eso no quiere decir que nadie nos posea, o que se pierda la libertad. Es generosidad de entrega.

Un beso, preciosa.

Sakkarah -

Jnj, en este momento creo que no sabría en cual de las dos opciones me encuentro; pero...soy una persona muy vehemente. o sea que quizá en la que tu apuntas como deseo.

Un beso.

Respirando -

Entender la vida en otro puede ser peligroso, pero suena muy hermoso cuando tú lo describes.

Pero soy cabezota... ;P

Beso.

jnj -

¡Huy! Perdón por el despiste: se me olvidó firmar el comentario anterior.

Besos.

Anónimo -

Ignoro en qué sentido aludes a tus ilusiones.

Si se trata de las representaciones irreales que son fruto de la imaginación (valor que parece darle JSRM en su comentario), por ahí se muestra que eres una "enamorada del amor".

Si se trata de esa clase de esperanza cuyo cumplimiento nos resultaría especialmente grato, acaso fuese mejor que cambiases dichas ilusiones por deseos. La ilusión es estática, aguarda con nosotros y nos acompaña en nuestra quietud; el deseo, en cambio, es motriz, nos impulsa y mueve.

Aunque ya puestos, seamos vehementes y apostemos, más allá del deseo, por el anhelo.

Sakkarah -

Puedes especular lo que desees, lo escrito se presta a eso.

Es en parte par aun hombre que me dejó, y mezcla de mis ilusiones. Soy una enamorada del amor.

Un beso cariñoso.

un lector anónimo -

Hola,

Sin ánimo de ser pesado y repetitivo… otra preciosa descripción aludiendo a sentimientos internos… me gusta mucho, como todo lo que escribes Sakkarah. Amor con una nota de nostalgia… ¿que decir?... Lo cierto es que hay algo que me fascian de tus odas medio de amor medio al abandono medio nostálgicas elegías… y es que todavía no me ha quedado claro si escribes a un hombre con quien estas (aunque es lo que menos verosímil me parece) a uno que te dejó, o es todo en realidad una simbolización de tus propias ilusiones y sueños, de la inocencia, personificada en forma de hombre del que se está enamorada… es en cualquier caso y como siempre un texto precioso

Con cariño,
Un lector anónimo (J.S.R.M.)

PD: Espero que me disculpes por las indagaciones sobre tus sentimientos así como por las especulaciones sobre los mismos, pues son fruto de una sincera admiración.