Sola

Pero era voluble. Un buen día se levantaba y la estorbaba todo. Tanto objeto sólo le quitaba espacio, y le daba quehacer en la limpieza. Al salir a la calle no sentía ganas de pararse; daba grandes rodeos para no tener que saludar. No le apetecía comunicarse con nadie. No es que fuese mala amiga, pero necesitaba estar sola. Sus amistades sabían que si tenían necesidad de estar con ella, la encontrarían.
En realidad lo que la sucedía es que se encontraba perdida. Andaba metida en un laberinto y no podía encontrar la salida. Sabía que actuando así terminaría sola; pero no podía ir en contra de lo que su más íntimo impulso la empujaba a hacer.
Sakkarah
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