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Sakkarah

EL OTRO YO.

EL OTRO YO.

Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el proposito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas . Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando.Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

Mario Benedetti

8 comentarios

Sakkarah -

Alejandro, quiza los rayos de la rueda, no sean otro yo, sino la diversidad de un yo único. Todos ligados por una misma esencia.

Teniendo otro yo, no hay nada que te asocie con él

Volar siempre será mejor.

Un beso.

Alejandro Szabo -

Mis yo y mis otros yo dan sabor a mi vid. No existe disociacion tan fina que el mostrase segun el estado del otro. La margarita negra del tiempo. La luz ilusa del poder de la palabra.
Al final todo se centra en el gran centro. Y los yo en esencia son los rayos de la rueda.
El tema esta en buscar otra forma de moverse y no usar más el carro. No más ruedas.
Y finalmente, te ire a ver volando. De a ratos.
Volando....

Sakkarah -

Yo no miento, capi. A cada uno lo suyo. Y eso es la verdad, caes bien a todo el mundo.

Un beso.

capi -

adular no es ser sincero, creo que es su reverso, pero gracias guapisima no esperaba otra cosa, es mas, lo necesitaba.

un besico en las mejis

Sakkarah -

Capi, mejor matar al peor yo, si es que hay varios; no al mejor.

Sabes bien que tienes don de gentes, que caes muy bien. No sólo tú eres sincero.

Y lo de calvo no es nada malo.

Un besito.

Sakkarah -

Capitan, es mejor alejar de nuestra vida lo que no nos gusta.

Un beso.

capi -

Sakkara cada cual tiene y hace con sus yos lo que le viene en gana, un ejemplo lo tienes en el expresidente Aznar con 656.954 Yos y ya ves, un hombre aclamado por casi la mitad del reino, la totalidad del clero y por la cadena pornoradiofonica la cope, por mi paRTE llevo con mi yo 7 por 7 + 3 vueltas alrededor del sol, es un yo como puedes ver con minusculas porque no soy nada, a nadie caigo bien, y es por mi forma de ser algo rara pero sincera, ahhh y encima soy al reves que los burros, calvo.

Venga, un beso en los morricos patilarga

Capitán Pescanova -

Conozco a varios Armando Corriente y siempre que me cruzo con ellos no puedo dejar de sentir una cierta tristeza, ya no forman parte de mi vida.
Un beso, Sakkarah.