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Sakkarah

Sobre una pared...

Sobre una pared...

Sobre una pared rugosa empezó la historia. El lenguaje de las manos, de la mirada que lo escruta todo. El hombre necesitaba reflejar su sentimiento ante las cosas.

 

Eran otros ritmos los que marcaban su felicidad, pero no por ello estaba abandonado de la sensibilidad. Cada figura agreste hacía huella en su corazón, cada golpe a la piedra hacía eco en su alma. Su mirada, fija en el horizonte, no podía adivinar el hoy; pero una semilla de ese gran sueño se gestaba entre sus venas.

 

Velaba a sus muertos apuntalando un menhir alargado como el anhelo de la infinitud. A edad temprana, ya la vida se le presentaba caduca, pero no por ello dejaba que ensombreciera su quimera, a la que daba el nombre de eternidad.

Sakkarah

4 comentarios

Sakkarah -

Sí, yo también lo creo así, Dino.

Un beso.

Dinosaurio -

Ese hombre tenía más sentido común que nosotros. Espero de todo corazón que consigamos no defraudarle.
Un beso.

Sakkarah -

Sí, mejor siempre tener una tras la que ir...

Un beso, guapa.

ktheryn -

el dia que dejemos ensombrecer nuestras quimeras, es que ya hemos muerto...
un beso mi niña hermosa