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Sakkarah

La montaña.

La montaña. La montaña se había visto cubierta por los hielos, su corazón frío la alejaba, la hacía inhóspita. El sol se ocultaba como si necesitara de su alegría para aparecer radiante.

Azotaban fuertes vientos contra ella, y, a la mirada del viajero, aparecía hierática, distante, incluso tenebrosa.

El desgaste de los día la iba achatando, se iba a dejar envejecer. Pero la vida, en sus giros llevó al águila a anidar en ella. Todo el interior de la montaña, al sentir la huella que dejaba el ave, se removía. La naturaleza dio paso un milagro de alegría. La cubrió de ternura la hierba. Los árboles la acariciaban con su sombra, el sol la daba vida.

A sus pies, muy escondida nació una flor preciada llenándola de sentimiento. Su orquídea silvestre cada noche se renovaba en ella cuando el ave reposaba en su dominio.

El águila la llenaba de primavera.

Sakkarah

5 comentarios

Francisco -

Me gusto bastante =)
perdon si te uso la imagen, pero estaba buscando algo parecido.
Pasate por mi blog si podes, escribo historias cortas
http://inocenciaenextincion.blogspot.com/

Sakkarah -

Muchas gracias, me ilusionan tus palabras.

Muchos besos.

Miriam -

Escribes increiblemente bien.

Sakkarah -

Muchas gracias, me alegra que te haya gustado, Tarek

Un beso.

Tarek -

Bonita imagen...la flor naciendo en la montaña, tras el hielo por la parición de l'aguila....
Me gustan tus imagenes.Las que tienes en tu cabeza, por lo menos. ;-)