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Sakkarah

Unas horas...

Unas horas... Unas horas expectante deseando que llegara el veredicto, algo se hizo esperar, pero llegó. Mi mirada paseaba por bellos sitios que no le pertenecían, sólo poseía unas cuantas ruinas reflejo de un pago por haberme quejado. La desilusión fue tanta que llegó la ira, esa que no encuentra trabas en el camino, que no se detiene a pensar.

Ahora, ya tranquila, pienso en su felicidad. La vida está llena de caminos en los que te encuentras alguna señal de prohibido, y solo tienes que dar un giro para encontrar la vía en que te permiten pasear.

Se aprende, y yo aprenderé a no esperar ni desear. La pasión no siempre es un valor, la puedo desechar. No sé si volveré a sentirla, pero no es preocupante, ya que es como subirte a una gran torre para que después te empujen. Y las caídas duelen tanto...

Sakkarah

4 comentarios

Sakkarah -

La pasión...viene sola, cuando ella quiere visitarnos.

A ver, yo ya no es pero nada.

Un beso, Analysta.

Analysta -

Es verdad, Sakkarah, la experiencia cambia nuestra perspectiva ante la vida. Para bien o para mal, es un proceso inevitable.

Pero no deseches nunca la pasión. La pasión va y viene y hay que aprovechar su preciada energía.

Saludos cordiales

Sakkarah -

Es cierto, Javier. En eso consiste la intensidad, en lo que sentimos. Siempre hay momentos felices, como este de volverte a ver por aquí, después de las vacaciones.

Muchos besos.

Javier Lujan -

Hola, preciosa, me alegro de estar aquí de nuevo, compartiendo tus sentimientos y aunque la vida duela no por eso podemos dejar de vivirla, palabra, siempre da instantes de felicidad.
Un besito.