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Sakkarah

Camino empedrado.

Camino empedrado.

Mi camino es de piedra incrustada en el asfalto, donde los pies resbalan por estar ya tan trillado. Cuesta empinada donde muchos caballos desfallecen y mueren antes de llevar el carruaje a su lugar de destino.

Más de un muro he saltado; muchas calles, estrechas en demasía, he transitado. Procuro ir por la avenida llena de embrujo y magia, aunque siempre termino perdiéndome por todos sus vericuetos.

En esta ciudad, mi vida, al caballero se le ronda cuando se asoma entre la reja de la baja ventana. No he logrado doblegar sus hierros, y él sigue pensando que este obstáculo pertenece a mi jaula. Prisionero que, en un sueño, se cree libre. La ironía de mi sonrisa la cubre este embozo, mientras mis labios van degustando un amargo sabor, por el trago de acíbar que me brindó el descorche de esta botella.

Sigo el camino después de la rondalla, y allí los cántaros, en su quietud, se ofrecen para apagar la sed. Haciendo caso omiso, intento elevar mi barbilla y seguir adelante. Voy luciendo esta valentía llena de miedos.

No fiándome del amparo de esta capa, me voy adentrando en la tiniebla, donde hasta mi sombra poco a poco se va difuminando. Y me pierdo, me pierdo en esta supervivencia donde los débiles nos sujetamos a arañazos con la vida.

Sakkarah

2 comentarios

Sakkarah -

Es cierto, que a veces, los que parecemos débiles, sacamos fuerza, bastante, más de la esperada.

Un beso.

Dinosaurio -

Esa valentía llena de miedos es la que más valor tiene. ¿Por que los más fuertes os llamáis débiles? No lo entiendo. Hay que tener muchas agallas para sobrevivir en este escenario.
Un beso.