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Sakkarah

Nos vamos a poner malitos...

Nos vamos a poner malitos...
El hábito de adelantar los relojes una hora en primavera para ahorrar energía eléctrica, se tomó por primera vez a principios del siglo XX, más exactamente el 13 de marzo de 1919 por el Congreso de los Estados Unidos. Esta costumbre se ha generalizado en todo el mundo, ya que es una gran medida, que permite aprovechar las horas solares, alargándose así los días, y ahorrándose todo tipo de energía.

La Orden del Baño, era una orden británica de caballería que se estableció en 1725 recuperándose una antigua tradición medieval, por Jorge I (Hannover, 1660-Osnabrük, 1727), rey de Gran Bretaña, Irlanda (1714-1727) y elector de Hannover (1698-1727). Los iniciados necesitaban purificarse con un baño ritual antes de ser armados caballeros, de donde proviene el nombre de la orden.
La permanencia árabe en la Península Ibérica duró 700 años, en los que convivieron diversas culturas: la cristiana, la judía y la musulmana. Cada una tenía y seguía una serie de hábitos muy ligados a la religión. Contrariamente a lo que hoy en día pueda parecer, el agua era algo importante y vital para los musulmanes, ya que se consideraba símbolo de pureza y significaba la limpieza de cualquier pecado. Esto, se extrapoló al terreno de la higiene considerándose un buen musulmán una persona limpia y aseada. Solo hay que ir a la Mezquita de Córdoba o a la Alhambra de Granada para comprobarlo.
Durante la Edad Media y en contraposición a los hábitos higiénicos de los musulmanes, en España y en toda Europa comenzó a aflorar una corriente de desprecio a la limpieza, ya que se podría llegar a considerar a una persona como hereje por el simple hecho de lavarse habitualmente. Esta corriente se acentuó más si cabe en el Renacimiento, considerándose el baño como un hecho nocivo para la salud, que solo se podía llevar a cabo si el médico así lo recomendaba.
Isabel de Valois (Fontainebleau, 1546-Madrid, 1568) fue reina de España entre 1559 y 1568 al contraer matrimonio con Felipe II. Era hija de Enrique II de Francia y de Catalina de Médicis. Un buen día, quiso tomar un baño para recibir a su marido Felipe, que volvía de un largo viaje. Esta acción le fue totalmente prohibida por sus amas, debido a que no estaba enferma y un baño podría resultar peligroso para su salud.

Los cuchillos de mesa tienen punta redonda desde que el Cardenal Armand Jean du Plessis Richelieu (París, 1585-París, 1642), Ministro de Estado (1624) de Luis XIII; lo decidió así. Tan desagradable fue para él la visión del Canciller Pierre Séguier, limpiándose los dientes con la punta de un cuchillo después de una comida de Ministros, que no tuvo más opción que decretar que desde ese día, los cuchillos de mesa fueran de punta de redondeada.

No solo no estaba mal visto bañarse, sino que era considerado como una virtud de buen cristiano y noble caballero. Entre los más nobles caballeros y mejores cristianos, figuraba el rey francés Luis XI (Bourges, 1423-Plessis-les-Tours, 1483) que reinó entre 1461 y1483; las crónicas indican que solo se bañó una vez en toda su vida, por imposición médica irrevocable.

Luis XIII, conocido por "el Justo" (Fontainebleau, 1601-Saint-Germain, 1643) reinó Francia entre 1610 y 1643. Era hijo de Enrique IV, a quien sucedió con nueve años y no reinó hasta 1614, estando de regente su madre, María de Médicis. En 1615 se casó con Ana de Austria y en 1624 asumió el gobierno el cardenal Richelieu, a quien apoyó en todo momento, incluso contra María de Médicis y Ana de Austria.

Cada vez que tomaba un baño, el médico real le exigía permanecer en cama durante todo el día para reposar de tan ardua fatiga y tan perjudicial acción. Otras fuentes indican, que si permanecía en cama no se hacía responsable de los asuntos de Estado y así Richelieu podía mangonear a placer ese día.

Desconocido

2 comentarios

Sakkarah -

Sí, Dinosaurio, en las depresiones, por ejemplo, enseguirda llega la dejadez...

Un beso.

Dinosaurio -

¡Qué bueno! Quizás no nos damos cuenta, pero la higiene y las costumbres saludables parece que cuestan y tardan en imponerse y en cambio se pierden en un segundo.
Un beso.