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Sakkarah

La felicidad oculta.

La felicidad oculta.  Como explicarlo? Me encontraba atontado pero fue así como recibía aquel libro . Creo que sin decir ni media palabra decidí llevármelo. Cogí el libro me fui andando despacio. Poco me importaba lo que pudiera tardar en llegar, iba pensativo hacia casa. Al llegar comencé a leer. Pensaba, y hacía cómo qué no lo tenía, sola, y únicamente, para hacer sentir y creer después aquella ilusión de volverlo a tener. Días después lo volvía a abrir con ansia y leía tan sólo unas líneas, pero volvía a cerrarlo, me iba a dar una vuelta, y lo dejaba para más tarde. Mas adelante de nuevo fingía no saber el lugar dónde lo había dejado, y cuándo lo encontraba lo abría sólo a ratos cortos, por unos instantes, me autoengañaba, trataba de huir a ratos de esa cosa llamada felicidad, y sin embargo cuánto yo más la huía, ella más se apegaba a mi.

Distinto

12 comentarios

Sakkarah -

Meri, muchas gracias. No sé quien es el autor. Ponía Dalí, pero no creo que sea de él, por eso no lo puse.

Un beso.

meri -

hola, como se llama y de quien es el cuadro?
lo que escribiste está precioso

coach stores -

Cuando usted puede sentir las cosas que quieren sentirse capaces de decir lo que sientes cuando este es un momento muy feliz.

Distinto -

Yo creo que toda la mecanica social cabría en estas palabras: Ir, venir Alejarse, quedarse, volver partir, y mientras caminamos en una dirección, no es posible sentir igual que cuando se camina en la otra. Existe el cambio y nada es para siempre, ni la alegría ni la tristeza.

Un saludo a Margot y otro a Gea

Sakkarah -

Otro abrazo para ti, Margot. Y un beso.

Margot -

Qué importa que fuera solo a ratos; qué importa que tu cita fuera casi a escondidas.., la felicidad siempre nos viene dada en pequeñas dosis. La vida, la felicidad, en muchas ocasiones se reduce a eso.., instantes. En saber capturar esos instantes y, como en tu libro; saborearlos lentamente, apreciando cada encuentro.

Un placer leerte.

Un abrazo para ti y otro para la anfitriona de este lugar....

Sakkarah -

Pero para ello hay que ser pacientes, Gea.

Los impacientes...Nos leeríamos el libro de una sentada

Besos.

Gea -

Cuando se encuentra la felicidad, que se abre ante nosotros como las páginas de un libro, es normal que no queramos agotar su lectura. De ahí que vayamos leyendo sólo algunas páginas, alargándolas todo lo que podamos para no tener que cerrar ese libro al llegar a la página final.
Sí, es el miedo a que se acabe.

Un abrazo.
Gea.

Sakkarah -

Preciosa la poesía que has traído.

Estamos tan escasos de felicidad, que es normal que la tomemos con avaricia cuando viene.

Un beso, Distinto.

Distinto -

Somos egoistas, el ser humano lo es desde niño por naturaleza, y este egoísmo va increscendo a medida que que avanza la edad, y ya no es lo mismo lo que se busca que antaño cuándo se era niño que se conformaba con poca cosa.

Cuándo la felicidad llega, nos la queremos comer de un bocado toda y de hecho asi lo ocurre, es el plato preferido de todos, y nadie le pone mala cara, y mientras come de el no cuenta los minutos ni se da cuenta que la tierra gira.

Por contra la infelicidad es un plato que no lo quiere nadie, y se lo pasan de unos a otros, y cada vez se va quedando más y mas frio, y se eterniza precisamente porque no se consume de un bocado como se consume la felicidad, las prisas el abuso es decir el egosimo acaban con todo,como acaban con la felicidad en un corto plazo de tiempo.
La felicidad se usa con cuenta gotas.

Un Saludo.

Felicidad: yo te he encontrado
más de una vez en mi camino;
pero al tender hacia ti el ruego
de mis dos manos... has huido,
dejando en ellas, solamente,
cual una dádiva, cautivo
algún mechón de tus cabellos
o algún jirón de tus vestidos...

Tanto mejor fuera no haberte
hallado nunca en mi camino.
Por ser tu dueño, siento a veces
que no soy dueño de mí mismo...
Toda esperanza es un engaño;
todo deseo es un martirio...

Felicidad: te vi de cerca;
pero no pude hablar contigo.

Ya voy sintiéndome cansado...
Cuando en la orilla del camino
me siento a ver pasar a muchos
que hacia ti vayan cuál yo he ido,
tal vez te atraiga mi reposo,
mi displicente escepticismo,
mi resignada indiferencia,
mi corazón firme y tranquilo;
y, paso a paso, a mí te acerques,
sin que yo llegue a percibirlo,
y, al fin, sentándote a mi lado,
hablarme empieces: -Buen amigo...

¿Será mejor el no buscarte?
¿Será mejor el ser altivo
en la desgracia y no sentirse
juguete vil de tus caprichos?

Yo sólo sé que cuantas veces
con más afán te he perseguido,
más fácilmente, hacia más lejos,
más desdeñosa, huir te he visto.
Yo sólo sé que cuantas veces
tornó perfil un sueño mío,
Felicidad, te vi de cerca,
pero no pude hablar contigo...

jose santos chocano

Sakkarah -

Pienso parecido a ti, Julio. Nos pasamos la vida soñando con ella y, cuando la tenemos, nos viene grande, no sabemos como actuar.

Un beso.

julio -

Será que estamos acostumbrados a convivir con la infelicidad y cuando la felicidad llama a nestra puerta, la extrañamos y nos cuesta aceptarla.

Un abrazo