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Sakkarah

HABÍA UNA VEZ UN HADA.

HABÍA UNA VEZ UN HADA.

HABÍA UNA VEZ... UN HADA...

...muy bella que protegía un bosque encantado.

Su belleza era tanto externa como interna. Sus largos cabellos rosados acariciaban sus pequeños hombros; sus profundos ojos violetas reflejaban los destellos del sol; su sonrisa era dulce y tibia como un beso matinal y su voz contenía todos los sonidos de la Naturaleza.

Su cuerpo estaba cubierto por una larga túnica azul; abrazaba su cintura un hilo de luna y sus pies estaban protegidos por hojas de abedul.

Sus manos eran perfectas: suaves al tacto, prolongaciones de Amor y de caricias divinas.

Sobre su frente brillaba un punto de luz, como un diamante puro, pero la principal característica estaba en su pecho: tenía una enorme estrella dorada que titilaba al compás de su respiración.

Asombrada por lo que veía me acerqué a ella y sin hablar nos comunicamos, sólo a través de la intuición y de la imaginación. Fue maravilloso lo que descubrí: me reveló su secreto, que, en realidad no era un secreto sino algo que todos poseemos.

Sentí y percibí dentro de mí el supremo mensaje. Estaba envuelto con luces mágicas y decía algo así:

"Siempre que tengan un ratito... jueguen".

"Siempre encuentren motivos para reírse".

"Siempre que tengan oportunidad... abracen a sus seres amados y demuéstrenles cuánto los tienen en cuenta.

"Siempre ¡¡¡ sean felices!!!.

"Siempre sueñen que se cumplen todos los deseos".

"Siempre traten de demostrar Amor a TODOS los seres de la Naturaleza, de todos los reinos, a las plantas, a los animales, a las personas, a las piedras, a lo que vemos y a lo que no vemos pero percibimos.

"Siempre consoliden un Mundo Mejor, un Mundo sin lágrimas, un Mundo sin guerras, un Mundo sin violencia, un Mundo lleno de Amor y Alegrías, un Mundo en el que TODOS compartamos las ganas de vivir AMANDO"...

Me sentí inmersa en una nube de Felicidad, y fue conmovedor cuando descubrí que en mi pecho también brillaba una enorme estrella dorada que titilaba al compás de mi respiración.

Tuve la certeza de que TODO ES POSIBLE, de que TODO DESEO SE CUMPLE SI NACE DESDE LO MÁS PROFUNDO DEL ALMA.

No encontraba un nombre para ponerle a lo que estaba sucediendo, pero de repente recordé que "en el lenguaje de la Luz los nombres no cuentan".

El hadita que protegía el bosque encantado me contó, ahora sí con palabras, que un Ser muy importante y muy especial le había concedido la misión de regalar estrellas y colocarlas en los corazones de todos los seres que desearan vivir un mundo nuevo y feliz.

Me reveló que TODOS poseemos, dentro de nosotros, un bosque encantado. Un bosque lleno de enormes árboles y perfumadas flores. Un bosque pintado con gotas de rocío y coloreado con luz de luna. Un bosque habitado por millones de seres que colaboran y trabajan para que luzca más bello: gnomos y duendes se encargan de ello. Un bosque mágico que envuelve en su centro la esencia de todo lo que es y de todo lo que existe: el AMOR...

El hadita que protegía el bosque encantado (que no era otra que yo misma) me invitó a recorrerlo y a regalar estrellas y a colocarlas en los corazones de los seres decentes deseosos de compartir un Mundo de Amor.

Así lo hice: descubrí que todos anhelamos el bien, la felicidad, la salud, la paz, la alegría de saber que somos amados por el Amor.

Coloqué en infinitos corazones la Estrella Dorada. Cada una brillaba a su manera, pero todas lo hacían. Cada una era una especie distinta, pero todas conformaban el inmenso bosque encantado que es el Universo.

Dentro de todos hay una bella hada que nos protege, que vela por nuestro interno bosque mágico, que posee una tierna mirada y una dulce sonrisa, que acaricia con sus cabellos rosados nuestros hombros cansados, que nos mima con sus manos divinas y que hace brillar en su plenitud a la gran Estrella Dorada que es regalo de la Vida.

Es mi más sincero deseo que logres descubrir a tu Estrella Dorada. Sólo hay que anhelarlo firmemente y con certeza. Cerrando los ojos, alivianando la mente, entregándose al Amor e internándose en el Bosque Encantado lo lograrás y conseguirás encontrarla.

Anímala para que brille como ella sabe hacerlo y serás y te convertirás en un Ser Mágico. En su centro sus destellos cantan:

"TODOS Y TODO SE FUNDE Y SE CONFUNDE EN EL AMOR"

Desconocido.


23 comentarios

Sakkarah -

Sí, podemos adetrarnos en el mundo de la fantasía siempre que lo deseemos, chyno

Un beso

chyno* -

las hadas siempre van a existir mientras nosotros queramos y con nuestras esperanzas por algo mejor en el mundo!

Sakkarah -

Gracias bonita por darme la solución al chiste.

Un beso.

Adastrea -

Es muy malo pero en fin.....se llama la caida del imperio marrano

Sakkarah -

Adastrea...no lo sé...Es que no se mucho de peliculas. Espero que me lo digas.

Adastrea -

Os voy a hacer una pregunta :
Se abre el telon y caen 1400 cerdos ¿Como se llama la obra?

Sakkarah -

Muchas gracias, bonita. Lo pondré en cuanto pueda.

Un beso.

Adastrea -

Claro.Gracias.

Sakkarah -

Adastrea, es precioso. ¿Me dejas qeu lo ponga en el apartado de amigos?

Un beso.

adastrea -

Si lo escribi yo

Sakkarah -

Adastrea tienes una edad preciosa, la mejor. Una vida por delante para ser muy, muy feliz. Además seguro que lo serás, porque a las personas que les gustan las hadas son gente muy sensible.

El escrito que has puesto, ¿es tuyo? Si fuera escrito por ti, yo te pediría que me permitieras ponerlo, en el apartado de amigos. Ya me dirás, como tú quieras.

Un beso, bonita.

Anónimo -

Sopló una ligera brisa que revolvió con armonía mi cabello. La última hoja del castaño cayó, y un escalofrío estremeció todo mi interior haciéndome sentir con una horrible fuerza el dolor de la soledad. Llegaba el invierno y una vez más, desde el porche, veía pasar el día con trémula incredulidad.

Entré en casa y me derrumbé sobre un sillón de amplias orejeras. El fuego de la chimenea reconfortaba la estancia.

- Parece mentira que sea pintora, últimamente no vendo un cuadro. Otro sábado más en el que la inspiración está escondida en un oscuro rincón.- me susurró una y otra vez mi conciencia.

Paseé la mirada por el salón deseando que las musas de Dalí apareciesen para socorrerme antes de que un naufragio se apoderase de mi carrera. Y entonces…en una repisa de la estantería de madera de cerezo donde se acumulaban los tomos de una envejecida enciclopedia ¡la vi!: mi foto de la felicidad; toda la familia reunida y enmarcada para que el tiempo no pasase por ella, lástima que para los que la formaban, sí transcurriese.

Me quedé atónita ante la sorprendente idea que acudió a mi mente: Pintaría la vida con su increíble forma abstracta.

Sin darme cuenta, mis piernas se dirigieron hacia el estudio. Me senté ante el caballete y guié el pincel como caballo hacia la libertad .Mi imaginación se desbocó.

En el centro del lienzo tracé un parchís: ahí estaba mi abuela y esas interminables partidas en las que yo siempre perdía. En el color verde de éste, pinté la hierba sobre la que emergía un robusto roble al que le di más realismo añadiendo un tipo de pasta para acentuar sus vetas; así se mostraba mi padre, amante de la naturaleza y siempre seguro de sí mismo. Serpenteándolo, un río de aguas cristalinas reflejaba la sinceridad de mi madre, dirigiéndose hacia el mar con firme determinación; con ayuda de las acuarelas conseguí dar esa sensación de transparencia. El cielo azul del parchís hacía resaltar una montaña nevada en su cumbre que evocaba con simpatía a mi hermana pequeña comiendo lo que le parecían ser copos de merengue. Una taza de chocolate se calentaba sobre el color rojo del tablero, y a su lado un plato con churros representaba el desayuno predilecto de mi abuelo en los fríos días de invierno. Justo a su derecha, mi muñeca preferida lucía un vestido de sevillana de amplios vuelos y lunares que me había cosido mi otra abuela en una de las tardes de fuetes lloviznas. Más abajo, en el mihrab de una mezquita sobresalían esbeltas figuras y filigranas de cobre ( que en realidad era pan de oro de tonos otoñales) con incrustaciones de azabache, mostraba el interés de mi hermano hacia las demás culturas. La circunferencia que correspondía al color amarillo, estaba formada por doradas espigas como las de los campos de Castilla cuando me encontraba jugando con mis primos. Al atardecer su brillo impregnaba el ambiente de acogedora esperanza.
Gracias a todo ello, pude darme cuenta de que compartía recuerdos con aquellas personas, y sobre todo, no estaba sola a pesar de la distancia que nos separaba. No os podéis imaginar la felicidad que me embargó al pensar en ello: era mi Retrato hacia el pasado. ¿Y yo? No estaba en el cuadro…Sin embargo me sentía equivalente a una ficha del parchís, a la que le quedaban muchas etapas y casillas por las que pasar para llegar al final.

Adastrea -

Hola.El otro dia no os dije mis años 17 años.

Sakkarah -

Me alegra que te haya gustado el cuento. A mí me encantó, por eso lo traje.

Gracias por pasarte por aquí. Un beso.

Adastrea -

Me ha encantado la historia,hasta me ha hecho llorar.Os mostrare algun dia ,cuando pueda algo maravilloso.Desconocido tienes un gran talento.Soy chica

Sakkarah -

Gracias por pasarte, y por todo.

Un beso.

capi -

aseguremonos ....

cuagenarioquin@hotmail.com

Sakkarah -

Mejor que no me conozcas, Capi. Te decepcionarias. A mí no me amarías así, ni conociéndome...

Pero estoy segura que sí sabes amar a una mujer. Suerte la mujer elegida.

Un beso.

capi -

tú preguntas si sé amar a una mujer,
NO,
no te conozco.

un abrazo patilarga, sueño todos los dias en conocerte.

Sakkarah -

Yo tampoco si fuera hombre sabría amar a un hada...

¿Sabes amar a una mujer?

Yo soy una mujer.

Un beso.

capi -

No puedo verte de ninguna otra manera que como un hada, y surge el problema, cómo amar a una hada. Yo no se amar de una manera complicada, soy demasiado sencillo incauto ingenuo, no se como amar a una hada, joderrrrrrr ...... (esa exclamacion refleja emocion, no es textual ehhh)

Sakkarah -

Me encantan las hadas...

Gracias por pasarte. Un beso.

igmatiusmismo -

Muy hermoso. Seguro que dentro de ti hay una hada protectora. Nos leemos.